-No contabas con que lo conocería ¿verdad?- le mostré una media sonrisa y él en respuesta se alejo de donde se encontraba para acercarse a nosotros y sentarse también al pie de la cama.

-Nadie contaba con eso, Maddy- dijo él.

-Sabia en el fondo que no podía ocultártelo toda la vida, pero no creí que tenias que saberlo tan pronto, lamento que te hayas enterado de la manera en que lo hiciste- me tomo de la mano- pero ahora que lo sabes me siento más tranquilo, ahora el peso que he cargado por todos estos años al fin se ha ido.

No sabía que decirle ante semejante confesión pero lo que si sabía es que lo amaba, era mi padre y no importaba todo lo que me había ocultado, lo había hecho por una razón y era que temía mi futuro, temía que era lo que sería de mi si lograban encontrarme. Me incline para darle un fuerte abrazo que me hizo soltar el resto de lagrimas que contenía, papá era fuerte y lo admiraba por eso pero ahora todo era diferente, a partir desde este momento todo en nuestras vidas iba a cambiar.

Me revolví nuevamente en la cama al no encontrar una postura cómoda, me resigne a sentarme en la cama y acomodar mejor la almohada pero el aliento se me escapo al ver a Kale de pie frente a la ventana mirando el oscuro cielo.

-¿Qué haces despierto?

Se dio la vuelta y me sonrió de lado mientras caminaba hacia mí.

-Nada.

-No quiero que comiences a mentirme Kale, ya no tienes porque hacerlo- le dije al ver que se sentaba frente a mí y tomaba mis manos entre las suyas.

-No lo hago y no volveré a hacerlo jamás. -beso el dorso de ambas y me miro a los ojos- tienes ese color naranja otra vez.

Junte mis cejas y aleje mis manos de las suyas para buscar en mi cajón de noche un espejo que guardaba y comprobé que tenía razón.

-Vas a tener que aprender a controlar el tono de tus ojos- murmuro acariciando mi mejilla.

-No sé cómo hacerlo- guarde nuevamente el espejo y le mire un poco sonrojada.

Él sonrió.

-Puedo enseñarte...

-Bien, entonces, hazlo...dime qué hacer.

Su sonrisa se hizo más ancha y mis cejas se levantaron al no entender porque sonreía.

-Eres completamente hermosa ¿Lo sabías?

-Kale...-debía admitirlo, sus cumplidos siempre me robaban sonrisas.- esto es enserio.

-Yo también lo digo enserio, eres preciosa- al sentir su mano en mi mejilla me entro una nostalgia tan poderosa que mis ojos volvieron a nublarse, cada vez que me tocaba de esta manera, lenta y admiradora me hacia recordar el primer día que lo vi, ese día me había acariciado la mejilla admirándome por alguna razón.- ¿Tienes alguna idea de lo mucho que te amo?

-Kale-me limpio las mejillas.

-Te amo Maddy Williams, te amo tanto que no me imagino esta vida o ninguna otra sin ti, te amo porque me has salvado de la miseria que era mi existencia, tú le diste sentido a mi vida, me diste una verdadera razón para estar vivo y por eso siempre voy a estar eternamente agradecido.

Recargue mi frente con la suya mientras sonreía a pesar de que seguía llorando, las lagrimas no iban a arruinar este momento.

-Prometo por lo más preciado que tengo que voy a cuidarte siempre, amarte y protegerte de quien sea que trate de hacerte daño, siempre he sido tuyo, mi corazón siempre te ha pertenecido desde el primer momento en que te vi. -murmuro mientras seguía mirándome a los ojos.

Ángel de la Muerte. [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora