Capítulo 43

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—Gracias por ayudarnos a conseguir un lugar momentáneo —dijo Brooke a su amigo mientras miraba alrededor

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—Gracias por ayudarnos a conseguir un lugar momentáneo —dijo Brooke a su amigo mientras miraba alrededor.

—Sabes que voy a ayudarte siempre —respondió—. Puedes trabajar en el cine.

—Gracias pero hasta aquí es donde quiero que me ayudes —añadió ella—. Bien sabes que va a buscarme y seguramente tú serás al primero que buscará, no quiero que encuentre una excusa para invalidar nada.

   El chico la observó y asintió antes de despedirse y salir de ahí.

—No teníamos que irnos de casa —dijo Scarlett un tanto atemorizada de estar en otro lugar y sin poder hacer nada para ayudar.

—Él va a buscarme ahí —dijo mientras se sentaba a su lado—. La casa sigue siendo de él hasta que me divorcié. Solo estaremos aquí temporalmente, una vez se resuelva vamos a volver a casa. Siento haber sido tan egoísta y no ocupar ese dinero para operar tus ojos.

   La voz se le rompió al hablar a su hermana que solo sonrió.

—No te atormentes —respondió abrazándola—. Si lo logras seremos libres, pobres, una enferma, una ciega y una chica con el corazón roto pero siempre juntas. No es tan malo no ver, al principio perder la vista fue duro porque amaba ver los colores pero me he acostumbrado y no es tan malo como dicen.

  Su madre se acercó y se sentó a lado de sus hijas para envolverlas en un abrazo fuerte.

—Siento no poder ser fuerte para ustedes —dijo y ambas negaron—. Tal vez deberías hablar con ese hombre, debo admitir que no me gusta pero anoche estaba muy mal y lucía desesperado.

—Es su teatro —dijo Brooke—. No es real, no voy a perdonarle nunca que me haya engañado. A veces pienso que yo soy igual, pensaba hacer lo mismo, interesarle en mí pero nunca pude hacerlo porque él ya tenía todo un trazo, además está claro que yo fui más débil.

—Creo que en el fondo te quiere —dijo Scarlett—. Un hombre que no ama no te buscaría de esa manera. No pude dormir de escucharlo suplicar.

—Un hombre que ama no miente —dijo mirando hacia la pared—. Mucho menos regala cosas que ya no pudo darle a su amante. El collar hace juego con los pendientes de ella, supongo que ya no pudo dárselo y me lo dio a mí. Igual ya no importa.

   Se despidió de su familia argumentando que se sentía cansada y necesitaba fuerzas para salir a buscar un trabajo pronto antes de que se les acabara el dinero.

—Podrías invertir en algo como las comidas y así te ayudamos —dijo su hermana—. Llevar a domicilio.

—Ya veremos —dijo metiéndose a la única habitación de la pequeña casa.

   Era un lugar barato, semiamueblado con lo básico y bastante austero pero no podía darse el lujo de pagar algo caro sin trabajo.

   Se acostó y cerró los ojos unos segundos donde se atrevió a llorar en soledad.

Complacer al diablo. (serie El club de los desterrados 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora