Capítulo 5.3

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Narra Nano

Al llegar a la casa, vi el mensaje que me mandó Victoria y la deje en visto.

Entre y al instante desactive la alarma, está dejo de sonar y corriendo subí a la habitación que me había dicho la morocha.

Abri los cajones y me quedé estático al ver todos los relojes -De puta madre- susurre quitandome la mochila y empezando a guardar los relojes

- No me hables... tío un puto coñazo- escuche que decían y seguí guardando otros relojes antes de esconderme - Le falta vidilla, ya sabes. Ya no se en que momento se me ocurrió ir. Me doy una ducha y voy para allá- vi al hombre a través de una rendija del lugar de donde me había escondido, una vez oí el sonido de la ducha, salí con mucho cuidado y al ver otro reloj lo tome y rápido salí de ahí

Ya los tengo, le envié un mensaje a Victoria y me aleje de la casa.

Al llegar a casa, entre feliz al cuarto de Samuel y abrí la mochila dejando caer todos los relojes en su cama.

-¿Que es esto?- pregunto

-Con esto me da para pagar de sobra- respondí sonriendo

-¿De dónde lo has sacado?- volvió a preguntar mientras tomaba algunos  en sus manos

-Digamos que Victoria me ha ayudado a abrir una puerta- dije

-¿Que?¿Porque tienes que meterla en un problema tuyo, tío?- me miro enojado cuando me senté en su cama -¡Coño!¡Y ella por qué se deja liar!-

- Porque te quiere joder, ¿por qué si no? Es tu mejor amiga capullo- respondí señalandolo -Y te estoy diciendo que va a estar bien. Haz el favor de alegrarte por mi. Con esto soluciono todo de una puta vez- dije y sonreí antes de bromear - Te regalo este- le mostré un reloj

- No, quita- apartó mi mano de un golpe brusco -¡Quitalo!-

-Vale hijo mío...- dije y suspire antes de guardarlos todos nuevamente en la mochila y pararme para salir de su habitación 

Narra Victoria

Estaba en casa mirando hacia afuera mientras fumaba un porro, mi celular sono y al ver que se trataba de Nano, tire lo que me quedaba del porro y salí hacia fuera sin inmutarme ante la lluvia.

El se acercó y sin decirme nada unió nuestros labios en un beso salvaje. Al separarnos subió a su auto y se fue. Yo volví a entrar a casa y me acosté a dormir.

 Yo volví a entrar a casa y me acosté a dormir

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Al día siguiente

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Al día siguiente...

Entre al Instituto pálida, y mientras caminaba oí a mi hermana discutir con Samuel por lo qué seguí caminando, luego vi a Carla y un sentimiento de culpa me invadió, así que camine rápidamente hacia mi taquilla y antes de abrirla apoye mi cabeza en ella.

Tome la pequeña bolsita de marihuana que guardaba ahí, disimuladamente la guarde en mi bolsillo y cerre la puerta de la taquilla.

Estaba en el patio del Instituto fumando el porro que me había armado minutos antes mientras escuchaba música, una vez lo termine, entre nuevamente al Instituto y me dirigí a los vestuarios. Fui caminando mientras me sostenía de las cosas hasta que mis piernas no pudieron sostener mi peso, y caí golpeando mi cabeza contra un banco.

Abri levemente mis ojos y con algo de dificultad divise a Carla, minutos después tenía a Martín tomándome de los brazos para sentarme.

-Victoria, ¿Me oyes? Mirame. Sigue mi dedo, por favor- dijo y su dedo se posó frente a mi cara -Sigue mi dedo, ¡Victoria! Victoria.. - golpeó suavemente mis mejillas -Joder, como tienes las pupilas, me cagó en la leche- masculló al fijarse bien en mis ojos rojos -¿Que has tomado Victoria?- pregunto mientras revisaba mis bolsillos -¿Sabes que esto aquí significa expulsion inmediata?- pregunto poniendo la bolsita frente a mis ojos -Aquí tenemos tolerancia cero con las drogas. Ven aquí.- me empezó a levantar en brazos

- No quiero- respondí como pude

- Te llevaré a la enfermería- respondió

- Que no quiero- insistí

- Que si, que te llevo-  y lo aleje de mi

-Estoy bien- Baje la mirada un poco más consciente

- La llevo al hospital. Avisa a secretaria- le dijo Martín a Carla -Vamos- me quiso tomar en brazos

-¡Martín, que no!- dije y me acerqué a su oído - Si avisáis a alguien,  cuento lo que te traes con Lu, lo de la adopcion- me separe y el me miro

-Espera espera - dijo ayudándome a levantar, tome de su mano la bolsita, y la guarde saliendo de ahí

Elité: Nada Como Nosotros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora