II. Yo.

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Lo siento, lo siento, lo siento mamá.
Sólo soy alguien en quien no puedo confiar.

Por favor detenme.

El vacío oscuro susurra mi nombre y estoy por atender su llamado.
Las inseguridades son la bestia que se esconde tras mi armario, y tú, no dejas la puerta abierta para que entre luz.

Hay un mar de gente a mi alrededor y sus pensamientos abruman mi oído, sus miradas acechan mi rostro, en sus ojos se reflejan todos mis pecados.

Creen poder observar mi Alma desnuda, más no saben que otra capa de piel hay debajo.
Tengo pavor de ver bajo la cama, y en lugar de un monstruo encontrarte a ti.

La pesadez en mi cabeza hace que se sienta atraída por el suelo, ansía recostarse sobre su helada superficie,
Mi conciencia me habla todo el día, me recuerda lo terrible que es mi vida, pero, porqué su voz se asemeja a la tuya?

Estoy a un paso del vacío, sus susurros han cambiado, ahora puedo sentir como me grita un llamado, te rogué me detuvieras, pero me hiciste creer que mis labios no emitían sonido.

Tu persecución me ha acorralado y el único paso que me permites dar...

Estoy cayendo y son trechos y trechos más no hay fondo, desde acá puedo notar una sonrisa en tu rostro, es helado éste lugar pero es más cálido que a tu par.

#Lau.  


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