Bottom! ↳ ʏᴏᴏɴᴋᴏᴏᴋɢɪ

↳Terapia de Pareja↲

Una semana había pasado ya y Jungkook y YoonGi no dejaban de pelear.

Y si no peleaban sólo se daban miradas asesinas y no se dirigían la palabra para nada.

La tensión entre el yoonkook/kookgi hacía que los demás miembros se sintieran incómodos.

Hoy saldrían de viaje rumbo a un lugar que no es tan importante saber, y se sortearon los lugares que cada quien tomaría dentro de la camioneta.

Y para la mala suerte de todos, a YoonGi le tocó sentarse junto a Jungkook.

Todos los demás ya se encontraban en sus asientos pero el rubio y el pelinegro se negaban a subir a la camioneta.

—No me sentaré a lado de un mocoso mentiroso.

Decía YoonGi cruzado de brazos.

—Y yo no quiero sentarme junto a un hyung inmaduro.

Contestó el maknae con una mueca de disgusto.

—¡¿Te atreves a llamarme inmaduro?! ¿¡Tú!? No me hagas reír

—Pues soy más maduro que tú y tus calzones de ositos

—Ja, lo dice el niño que usa pijama de Iron Man.

—Iron Man es para personas completamente maduras no como el tonto oso de Kumamon.

—¿Qué dijiste?

—Dije que Kumamon es un oso tonto y ridículo.

—¡No cabrón! !Eso sí es pasarse de pinches lanza!— gritó el rubio —¡Agárrenme, porque me lo madreo!

Y otra vez la situación de descontroló.

Mientras Jungkook se reía con malicia, Hoseok y Jimin se bajaron del auto y agarraban a YoonGi, el cual gritaba cosas inentendibles.

—¡¡¡YA CALLENSE CHINGADA MADRE!!!— Jin explotó, haciendo que los demás chicos se asustaran —¡DEJEN DE ACTUAR COMO PENDEJOS!!

—Genial, ya hicieron emputar a su padre.

Dijo NamJoon sarcástico, viendo a sus menores con desaprobación.

Jin se acercó a NamJoon y le susurró algo, después miró a los chicos que estaban fuera de la camioneta y les ordenó que subieran, el pelirrojo y el rubio-cenizo obedecieron, pero los tortolitos se quedaron parados en silencio, observando la camioneta como si fuera un objeto extraño.

—Súbanse y nada de empezar a discutir a menos que quieran que les parta su madre.

Dijo Jin tranquilamente mientras sonreía, causando escalofríos en sus dos dongsaengs, que de mala gana se sentaron en su lugar correspondiente.

El pelinegro mayor mandó un mensaje por Kakao que todos, menos Kookie y YoonGi, recibieron.

Todos rieron y voltearon a ver a los excluidos, quienes solo los miraron con un gesto confundido.

Después de unos 20 minutos de viaje, llegaron a un edificio que nunca habían visto. Jin se estacionó y se bajó del vehículo, seguido por sus compañeros, pero justo cuando YoonGi y JungKook iban saliendo, Hoseok les cerró la puerta y SeokJin les mandó un mensaje

«Ustedes se quedaran ahí, yo les diré cuando puedan bajar»

YoonGi suspiró resignado y se acomodó para dormir mientras Jungkook se colocaba sus audífonos y ponía algo de música.

Tan solo habían transcurrido 10 minutos estando los dos solos y para ellos habían pasado 10 horas. Era realmente incómodo estar juntos sin realmente estarlo, la tensión y el silencio eran demasiado mortificantes.

El pelinegro creyó que su hyung estaba dormido y decidió voltear a verlo y se sorprendió al darse cuenta de que el rubio lo estaba observando fijamente. Los dos se miraron directo a los ojos por unos largos segundos, YoonGi abrió la boca dispuesto a hablar pero el beep de su celular lo detuvo.

Era otro mensaje de Jin.

«Bajen de la camioneta, vayan al edificio y suban hasta el séptimo piso»

Los chicos obedecieron.

Al llegar a lugar indicado, pudieron divisar a sus compañeros en una tipo sala de espera, ni tiempo les dio de preguntar que hacían ahí porque Taehyung abrió la puerta de una oficina y empujó a ambos chicos dentro de ella y lo escucharon decir:

—Suerte en su terapia.

¿Terapia? ¿De qué hablaba Taehyung?

Un tanto confundidos, la pareja se adentro en la oficina, una bastante elegante, y vieron a alguien, de pie dándoles la espalda, justo detrás del escritorio.

—Oiga, señor— el pelinegro se acercó hasta el escritorio —no tenemos idea de lo que está pasando, ¿podría darnos alguna explicación?

YoonGi miraba con desconfianza el lugar y sobre todo al hombre de bata blanca. Al no darle una respuesta a su novio, el rubio decidió hablar.

—¿Quién es usted?

—Yo soy el Doctor Corazón— respondió aquel desconocido girándose hacia los dos chicos —Y hoy seré quien les ayude en su terapia de pareja.