Al primer vuelo - ALBALIA

EP 14: VENTANAS DE AVIÓN.

- Pero yo no canto en público – jugaba nerviosa con las llaves de casa.

- Pero a mi si me has cantado.

- Pero porque tú...eres tú. Y sé que no me vas a juzgar.

- Por favor, Nat – le miró suplicante – trabajaríamos juntas en algunas bodas, podríamos vernos más.

- Oye eso es chantaje emocional – rió – eso no vale.

- No seas así – lloriqueó – es que sé que lo vas a hacer genial y les vas a encantar.

- No sé, Alba – suspiró.

- Pero a ver, ¿tu sueño en la vida cuál es? – se puso seria – porque a mí me dijiste que era ser una artista internacional, y eso no se consigue cantando en la habitación de tu casa sin que nadie te escuche.

- Ya... - no podía negar que tenía razón - ¿pero y si lo hago mal?

- Pues si lo haces mal, Ruth no volverá a recomendarte para una boda y ya está – bromeó – lo vas a hacer genial, Natalia. Confía en mi – Natalia suspiró y puso los ojos en blanco.

- ¿Por qué tendrás que ser mi debilidad?

- ¿Eso es un sí? – se le iluminó la cara, Natalia asintió - ¡BIEN! – gritó y dio un saltito de alegría – muchas gracias – se abalanzó sobre ella y se colgó de su cuello, llenándole la cara de besos.

- Bueno, para para – rió – a ver si vas a hacer que me arrepienta.

- Voy a llamar a Ruth, se va a alegrar muchísimo cuando se lo diga. – sacó su móvil del pantalón – supongo que tendrás que venir al estudio para hacer una prueba y firmar el contrato y todo eso.

- Madre mía, ya me estoy arrepintiendo... - Alba le echó una mirada asesina mientras esperaba que descolgasen la llamada al otro lado.

- ¡Ruth! – exclamó contenta – tengo a tu futura cantante de bodas aquí conmigo – sonrió – que sí, te lo juro. Vale – escuchaba – mañana a las seis – miró a Natalia esperando su aprobación, ésta asintió – perfecto, mañana a las seis está allí. – sonrió ampliamente – te va a encantar, ya verás. Un beso, nos vemos mañana.

- ¿Ya no me puedo echar atrás, no? – preguntó inundada en nervios.

- No. – contestó cortante – prepara alguna canción para mañana, tienes que estar a las seis en el estudio con tu guitarra.

- Vale – asintió nerviosa – joder Alba, ¿por qué me meteré yo en estos fregaos?

- Porque me quieres – se acercó a ella y le dejó un beso en la mejilla – nos lo vamos a pasar genial en las bodas.

- ¿Pero ahí no se va a trabajar? – bromeó

- Sí, pero hay muchos ratos libres sin hacer nada – se encogió de hombros – es que ya lo estoy viendo – gesticulaba – te van a grabar todos los invitados y vas a ser un BOOM en YouTube.

- A ver a ver – la calmó – para el carro, primero vamos a ver si me contratan en tu estudio y luego ya vemos.

- Vale – asintió contenta – te quiero mucho, Nat – se acercó a ella en un impulso y la abrazó por la cintura.

- Yo también te quiero, Albi – le correspondió al abrazo.

Pasó toda la mañana nerviosa, no era capaz de concentrarse en el trabajo. Solo el hecho de pensar que iba a cantar delante de alguien que no fuese Alba, le hacía tener ganas de abandonar el país sin mirar atrás.