Los adultos dicen que a los adolescentes se les descontrola las hormonas, eso es cierto, pero a algunos adolescentes no les pasa eso concretamente, si no que todo cambia por completo, ellos son... Bueno, aún no tienen un buen nombre para ellos.
- ¿Qué hacéis tíos? - Dijo uno de los populares cortándoles el royo.
Ellos pasaron de él y de los que hablaban a su alrededor, se dirigieron a sus clases, hasta que sonó la sirena, Andrew se tapó los oídos y empezó a dar vueltas por el suelo.
- ¡Estás bien? - Preguntaron todos.
- Si, solo que creo que me voy a tener que traer unos tapones para los oídos al instituto - Dijo todavía en el suelo y los demás le ayudaron a subir.
Cuando ya estában en la clase, se sentaron y no tardó mucho en venir un profesor de guardia, porque el profesor de mates no vino.
- Elisabeth ven, ¿Ves a Blacke? - Dijo Alison, a la que odiaba ( Tenía nombre de chico además).
- Si, ¿Qué pasa? - Dijo Elisabeth.
La chica estaba debajo del extintor y Alison hizo que se le cayera encima, tuvieron que llevarla a urgencias, pero ellas se echaron un rato de risas, aunque "los poderes no deben de usarse para el mal, si no para el bien" , eso fue lo que nos dijo Mathius.
- Exacto - Dijo Alan.
- Habló, el que quiere levantarle la falda a las chicas - Dijo Alison.
Cuando salimos del instituto vimos una limusina en la puerta, todos estaba al rededor del cual, de él salieron dos hombres muy altos y muy fuertes, se acercaron a ellos.
- ¡Sea lo que sea no hemos sido nosotros! - Dijo Andrew y Elisabeth le dio un codazo.
- Tienen los collares - Le dijo uno al otro.
Elisabeth se tocó el collar.
- ¿Qué han dicho? - Le preguntó Alison a Elisabeth.
- Le ha dicho que tenemos los collares y que tenemos que subirnos a la limusina para conocer a la anfitriona.
En ese momento me mira uno de ellos, ¿La habría escuchado?
Se subieron a la limusina, era gigantesca, todos los envidiaban.
Llegaron a una zona desierta, donde sólo podían estar ellos, era una explanada bastante extensa, pero no cabían más 100 personas, sin embargo no estábamos nada más que ellos.
Elisabeth se chocó con algo, no podía verlo, pues era invisible.
- ¿Qué es esto? - Dijo.
- Es una guarida secreta - Dijo un de ellos.
- ¡Qué chulo! - Dijeron todos, tenían 14 años, pero mentalidad de tres.
-Se entra por aquí - Dijo el otro.
Entramos y todo era inmenso, era como una ciudad dentro de un edificio.
Vimos a coches volar, a personas volar y también vimos ¿Un castillo? Ese debía de ser "la casa" de la anfitriona.
- Subid - les dijo uno de los dos hombres.
- ¿Cómo te llamas? - Le preguntó Alison.
El hombre no respondió.
Entramos al "castillo", todo estaba lleno de ordenadores, nos indicaron una habitación y abrimos la inmensa puerta, allí estaba la mujer que nos habló antes, estaba dando vueltas lamentándose por algo.
- ¡Mis super héroes! He estado mucho tiempo esperándoros - Dijo la mujer viniendo hasta nosotros. La mujer era pálida y con el pelo blanco hasta casi el suelo y con un vestido blanco con brillantes con cola y con una corona y de ojos azul muy clarito casi blanco - venid - Dijo y la siguieron hasta una habitación donde parecía que estában en el espacio - Según la leyenda hace 100.000 años el último cometa que aterrizó en la tierra dejó unas piedras donde cayó y seis chicos los cogerían y salvaría la tierra, de una de esas piedras nació una inmortal bellísima peliblanca y de ojos azules casi blancos que les daría los poderes a los seis héroes y les ayudaría a salvar a su planeta del próximos cometa que traerá marcianos y conquistarán la Tierra, pero eso no pasará si estáis vosotros aquí, ¿verdad? - Dijo con ojos de esperanza.
Los demás se la quedaron mirando incrédulos y asintieron desconfiados.
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