Capítulo N° 18 | parte 2

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Vio a un grupo de chicas que se reían y bromeaban, bebían tragos y bailaban entre ellas. Erica decidió acercarse con cuidado y tocó el brazo de una de ellas, quien giró para verla.

—Disculpen... ¿Me puedo quedar con ustedes un rato? —preguntó—. No encuentro a mi grupo...

—¿Estás bien? ¿Necesitás algo? ¿Querés que te acompañemos al baño? —preguntaron todas rápidamente.

—Vení, sentate un rato —dijo una chica bajita de cabello rubio.

La tomó con suavidad de la mano y la ayudó a sentarse en un pequeño espacio que había en un sillón al lado. Erica quiso concentrarse en ver al grupo de chicas que la llenaban de preguntas, eran amables y se veían preocupadas por ella.

—Sí... —dijo Erica al responder una de las tantas preguntas.

—¿Sí qué? ¿Querés que te acompañemos al baño?

—Sí me drogaron —dijo con una sonrisa extraña—. Perdón, estoy algo confundida...

—¡Qué hijos de yuta! —chilló una de ellas—. Quedate con nosotras, hasta que encuentres a tu grupo. ¿Sí? No te vamos a dejar sola.

—Gracias, en serio —dijo Erica con una sonrisa.

Una de ellas, la bajita de cabello rubio, se agachó ahí frente a ella y le hizo compañía mientras sus amigas conversaban. Acercó una de sus manos al rostro de Erica y con suavidad limpió un poco de su labial corrido.

—Estás muy hermosa y sexy —dijo con seriedad—, seguro no pudieron con tanto y tuvieron que drogarte, hijos de yuta.

—Algo así —se rió—, perdón, es todo muy raro. Me siento bien, se siente bien.

Luego de un rato Erica quiso ponerse de pie, sentía que mientras más pasaba el tiempo peor eran los síntomas, se sentía muy bien, feliz, relajada, pero también los sonidos se escuchaban mejor y las sensaciones en su piel eran muy fuertes. Era todo una extraña mezcla que la mantenía distraída, torpe y concentrada en ver o sentir lo que pasaba a su alrededor, sin embargo sus observaciones eran de cosas inútiles, como sus manos, sus botas, el perfume de las chicas o la música que sonaba.

Se quedó con ellas por un buen rato y decidió bailar un poco, tal vez de esa manera podría sentirse mejor. Quizá había cumplido con su misión, había observado y oído lo que pasaba alrededor de Julio, pero aún así estaba segura de que a Gretchen no le gustaría nada saber que estuvo tan torpe allí.

Las chicas pensaban ir al baño, así que Erica fue con ellas. Podía caminar mejor porque se había acostumbrado un poco a ese mareo, hablaba con una de ellas y se sorprendió a sí misma al notar que incluso drogada podía seguir mintiendo. Había dicho acabar de separarse hacía poco y querer buscar algo de diversión luego de una relación tóxica.

En el baño se mojó un poco la nuca y se miró en el espejo, sus pupilas estaban contraídas y tenía el maquillaje algo corrido. Con cuidado lo corrigió, con la guía y ayuda de una de ellas.

—Ani —dijo una de ellas al apoyar su mano en la cintura de Erica—, ¿te sentís mejor?

—Sí, un poco —respondió, aunque no era del todo cierto—, tal vez vaya en busca de mi grupo...

—Te acompañamos, ¿está bien?

Erica no puso objeciones, las siguió por detrás de la mano de una de ellas, que no se veía para nada interesada en soltarla o dejarla sola.

En la pista de baile tomó su celular para poder escribirle a su hermana, aún seguía algo torpe y confundida, pero a la vez esas sensaciones le gustaban. Le dijo a Celeste exactamente donde creía que estaba, porque en realidad no estaba muy segura y ante la duda envió una selfie con las chicas.

Mörder [ COMPLETA ]Where stories live. Discover now