La ex detective Jane Rizzoli y la jefe de forenses de Boston Maura Isles están de vacaciones en la Ciudad Luz... al menos es lo que ellas creen. Los asesinatos no las dejarán en paz ni aún de vacaciones.
Un caso misterioso las pondrá sobre la pista...
Luego de una estadía en el hospital. Las vacaciones de Maura y Jane habían llegado a su fin. Ahora tocaba enfrentar la realidad de que, no solo no habían terminado ni Maura su novela, ni Jane su descanso luego de años de estar en la fuerza, sino que ahora debían hacerse a la idea que todo el tiempo que iban a estar juntas, se había esfumado.
Maura lloraba mientras las cajas de cartón con las cosas de Jane iban subiendo una a una al pequeño tráiler de Haul para atravesar el estado hasta Virginia. En donde ella trabajaría como entrenadora en Quantico para el FBI.
—Maura, prometiste no llorar. — Dijo la morena abrazándola con cariño.
—Ya nada será lo mismo. No puedo creer que todo se acabe de este modo. — Dijo la forense mas sensible y con mas sentido de la moda que Jane hubiera encontrado en toda su vida. Su otra mitad.
—Hagamos una promesa. Somos adultas. Podremos con esto. Yo doy un semestre y tu terminas tu novela. Y si la distancia se hace insoportable... volveremos a Paris para que nos persigan los psicópatas.
—Jane no estoy para bromas de humor negro.
—Lo siento. Solo quiero decir: te amo. Siempre te voy a amar y esto es solo parte de la vida... siempre podremos volver a vernos. Vamos a poder seguir viéndonos aunque todo cambie.
—Un semestre.
—Una novela y de romance... no quiero nada de autobiografía y psicópatas por favor.
—Entonces en medio año...¿Nos veremos de vuelta?
—Por supuesto. Un romance apasionado a mitad de año es justo lo que necesito.
—Creo que ese es un buen puntapié para mi novela. Claro que vas a tener que ser un caballero por supuesto...
—¿Sabes? Creo que deberíamos ser, lo que deberíamos ser...
—Jane y Maura.
—Maura y Jane
—Siempre.
Las mujeres se besaron tiernamente bajo el sol de la tarde en medio de una calle de Boston. Se habían ganado esa libertad, luego de tantos años de apariencias, por fin no tenían que dar explicaciones a nadie, podían ser mas ellas mismas que nunca.
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