1. Odd, no creo que puedas amarme

Magsimula sa umpisa
                                    

— ¿Me puedes ver y escuchar?

Claro que puedo, imbécil.—La chica rodó los ojos, viendo a Odd acercarse a la pantalla, no podía creer lo que estaba viendo.

— Ya, ya. Esto es una broma o algo así, ¿Cierto?—Soltó una pequeña carcajada.

Cállate.—Seriedad. Seriedad era lo que derramaba la chica.—Te recomiendo que te vayas de aquí. Apaga el superordenador, y haz como que no has visto nada.

— ¿Y quedarme con la intriga de qué es todo esto?—Bufó.—Ni de coña, amiga.

No soy tu amiga, Della Robbia.

— ¿Cómo sabes mi...?

Te llamas Odd Della Robbia.—Le interrumpió.—Te castigaron por haber causado un conflicto en la hora del almuerzo, empezando por tirarle una albóndiga a Elisabeth Delmas.—Odd escuchaba perplejo a la par que asustado lo que estaba escuchando. Era exactamente lo que había pasado el día anterior.—Tus amigos son Aelita, Jeremie, Ulrich y Yumi. Tal vez William, aunque ninguno confía mucho en él. Esta mañana, como dicen los humanos, "te aburrías más que una ostra" y por eso estás aquí. Y no, no soy tu amiga. Deberías tenerme miedo.

— Esto es increíble.—Rió, sin saber qué decir. Era totalmente cierto lo que la chica virtual estaba diciendo en esos momentos.—Y, dime una cosa, ¿Por qué debería tenerte miedo, qué eres exactamente?

Soy un virus.

Odd enarcó una ceja, sin creer aquellas palabras. Esto ya sí que estaba pareciendo surrealista.

— Ya, ahora dime la verdad.

Si no me crees es tu problema, fuiste tú el que preguntó.

— Está bien, supongamos que lo que dices es verdad.—Se dejó caer en el respaldar de su asiento.—¿Cómo se supone que llegaste a ser un virus? Porque eres una persona, ¿No?

Realmente no lo soy. Soy una creación de Franz Hopper. Debería sonarte el nombre, ya que es el padre de una de tus amiguitas.—Hizo una pausa, mirando cómo Odd entreabría la boca, recordando que aquel hombre es el padre de Aelita.—Continuando con mi historia, yo fui diseñada para poder ayudarle con un proyecto militar llamado Cartago. Y bien, ¿Qué pasó? Que un virus me apoderó. Es irónico, un virus apoderándose de otro virus.—Soltó una pequeña risa. Odd escuchaba atento lo que decía.—En fin, no es algo de lo que sentirme orgullosa, pero sí, soy un virus. 

— Y, ¿Cuál es tu finalidad? ¿Acabar con el mundo, o algo así?

Has dado en el clavo, Della Robbia.

— Oye, lo dije de broma.—Tragó duro, al darse cuenta de las serias palabras que dijo la chica.

Pues yo no.—Miró fijamente a los ojos de Odd, sabiendo que el chico por dentro se estaba muriendo de miedo.—Después de cerca de ciento diecisiete años aquí encerrada, debería vengarme, ¿No crees? 

— Pero acabar con vidas inocentes, como yo, es una puta locura. ¡Esto en sí, es una locura!

Te dije que te fueras y apagaras este trasto. Pero no me hiciste caso.

— ¡Si lo apago, sabré que en cualquier momento mandarás una bomba nuclear y el mundo se irá a la mierda!

¿Y qué cambia si está encendido?

— Que puedo ayudarte.—El virus soltó una risa, sonó de una manera tan malévola que hizo erizar la piel a Odd.

Bien, ¿Quieres ayudarme a "mandar a la mierda el mundo"?

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⏰ Huling update: Feb 13, 2019 ⏰

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