Hunter. Nuevas Especies #2

Epílogo

—¿Estás bien? —dijo Jessica tocando el brazo de Hunter.

Dudo—. Sí, estoy bien.

Jessica entrecerró los ojos y se quedó mirando de brazos cruzados.

—Pues la verdad no lo pareces. Si no te conociera, diría que estás asustado—. Ella dio la vuelta y volteó el panqueque—. ¿Estás listo para ver a mis padres otra vez?

Hunter calló. Jessica sonrió sabiendo que no lo estaba y que por eso estaba tan nervioso.

Desde que le dijo que sus padres irían al Homeland, había estado callado y nervioso. Desde el hospital, cuando nacieron los niños y cuando se casaron, había estado igual. Al principio pensó que era porque ya no quería nada de ella pero gracias a Kylie se dio cuenta que era la relación poco afectiva que tenía con David, el padre de Jessica.

Era cómico como Hunter, con su carácter obstinado, con su apariencia y  carácter le tuviera respecto y casi miedo a un macho humano.

—No es un simple macho humano, es tu padre, Jessica.

Habían sido sus palabras.

—¿Dónde están los niños? —cambio de conversación.

—En el jardín, están jugando. Desde aquí los veo. —Hunter caminó hasta llegar atrás de Jessica—. Huele delicioso.

Puso su cara en el cuello de ella.

—Y eso que no me he bañado, aún. —Jessica sonrió.

Hunter la volteó y la cargó sobre el muro.

—Aun así, te deseo, Jessica. —Le besó el cuello.

—Ahora no, por favor. Estoy haciendo el desayuno. —Jessica se alejó de Hunter.

—Yo también tengo hambre. —Gimió suavemente.

Puso la mano sobre su trasero y lo amasó. Su otra mano bajo hasta posarse sobre su pecho derecho mientras daba besos en su cuello.

—Los niños nos pueden ver. —Jessica hizo el intento de resistirse.

—Sabes muy bien que ellos seguirán allá y nosotros podremos hacer lo nuestro aquí.

Siguió besando hasta bajo a su pecho. Había bajado su blusa de tiras y dejado a la vista su pecho derecho. Lo llevó a su boca y un gemido salió de sus labios.

—Hunter, no. 

—¿De verdad quieres que me detenga? Todavía te debo muchas caricias de los meses que pasamos separados. —siguió en la tarea en su pecho.

—Han pasado casi tres años desde eso. Creo que ya recuperaste todas esas caricias. —Jessica llevó su mano hasta el cabello de Hunter.

—Nunca serán suficientes. —Bajo su mano hasta su coño.

Otro gemido salió. Sin perder el tiempo, bajo su pantalón de pijama y el de ella. Siempre se sentía como una necesidad estar con ella, no podía soportar estar mucho tiempo sin ella. Como una vez se lo dijeron: "Ellas se convierten en tu droga personal".

Se unieron mientras se sentían y se demostraban amor. Los jadeos de Jessica se estaban haciendo más evidente cuando el orgasmo la alcanzó. Hunter gruñó cuando terminó dentro de ella.

—Te ves tan hermosa así. —Hunter le dio un beso en la frente—. Mierda, se quemaron los panqueques.

—Y nosotros que teníamos tantas ganas de comerlos. —Jessica miró los panqueques quemados sobre el sartén en la estufa.

—Los haremos en otra ocasión. —Hunter le tocó la mejilla—. ¿Pero sabes qué no podemos hacer en otra ocasión?

No tuvo que responder porque la polla de Hunter le respondió.

—Hunter, no podemos demorarnos. Mis padres llegaran en cualquier momento. —Hunter amasó su trasero.

—Con más razón debemos aprovechar más. —Le sonrió.

—Los niños pueden entrar. Dejémoslo para después. —Puso las manos sobre su pecho.

—Sería después que tus padres se vayan. Seria muy raro hacerlo mientras ellos están aquí. —Hunter arrugo la nariz.

Hunter salió de ella y la ayudó a pararse.

—Has estado muy cachondo últimamente. —Jessica le dice mientras rodea la cocina.

—Tu sabes muy bien cuanto me excitan las rubias embarazadas. —Hunter le pega una suave nalgada.

Jessica sonríe caminando mientras se lleva una mano a su vientre abultado para ir al jardín y llamar a sus hijos.

Muchas gracias a los que leyeron esta novela y muchísimas gracias a los que me esperaron tanto tiempo. Me tomó un año escribirla pero al fin está aquí. No me cansaré de agradecerles. Gracias por sus comentarios y por sus votos. <3

Nos leemos.