Three

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Mentir no iba a servir de nada, cuando pilotaba ese Banshee aun podía escuchar la voz del Inquisidor felicitándolo por casi hacerlo tener un orgasmo.

Aunque rápidamente intento quitar esos pensamientos al ver el Enclave Forerunner, al escuchar a Vale festejar su inminente victoria al ver como el Kraken caía con tropas del Covenant eliminadas.

Se acercó con rapidez, no tenían mucho tiempo antes que el Guardián arribara de Sunaion. Las enormes compuertas metálicas se abrieron, aterrizo en una de las plataformas cuidadosamente; no estaba seguro la clase de recepción le esperaba a todo el equipo Osiris tras las puertas de hierro.

Su casco no detectaba signos de hostilidad, por lo cual cuando los cuatro estuvieron reunidos caminaron juntos y a paso rápido por los pasillos de compuertas blindadas.

–Bien –Buck miraba desconfiado su alrededor, en especial aquella estructura enorme al centro del enorme salón–: ¿dónde está ese Constructor?

Indistintas estructuras se alzaban en aquel lugar, unas mal altas que otras, conectadas con una luz tan pura

–Busquen por la zona –ordenó Locke adelantándose un poco.

Su mirada se dirigía a todos lados, había estado en sectores Forerunner, todos eran increíbles –literalmente–, cada lugar más impresionante que el anterior, no estaba de más decir que eran tan imponentes y peligrosos. Su misión era bastante diligente, entrar, tomar el Constructor y salir.

Al subir por unas rampas noto algo distinto entre los haces de luz un dispositivo flotaba y extendía tonos de luz distintos.

–Se activó algo –no dudo en apuntar con su rifle–: es un más de esta zona –dijo al ver como las líneas rojizas se unían unas con otras, dibujando una figura bastante conocida para Locke–. Eso de ahí es el Guardián.

Miraba como el haz de luz azul lo conectaba con una especie de consola.

–No sé a qué estará conectada –menciono irónico, tomando impulso con su puño para golpear la consola, haciendo que el Constructor se desvinculara con toda la instalación.

El Constructor levito unos segundos, mirando al Spartan de armadura ónice.

–¿Crees que nos siga? –el pequeño dispositivo tenía su luminoso óptico puesto en él.

La visera de su casco también brillaba, todo parecía tan hipnótico... al menos hasta que comenzó a escuchar disparos.

–¡Creo que les enojo que nos lleváramos a su Constructor! –exclamo el Spartan de armadura grisácea.

–Despejen la zona.

–¡Destrúyanlos! –fue el grito de batalla de uno de los Caballero Prometeo que disparaba indiscriminadamente hacia Vale y Buck.

Los disparos de metralla y lásers se incrustaban en las pulidas superficies metálicas, dejándoles agujeros o destruyéndolas al instante; fue una holeada de enemigos difícil, pero lograron superarlo sin ninguna baja de parte de Osiris.

–Despejado –anuncio la de armadura escarlata pateando una de las partes metálicas de un Prometeo que había caído en batalla.

–Comandante Palmer –esta vez fue el moreno que abrió su canal interno–. Tenemos el Constructor, estamos listos para la extracción.

Locke esperaba escuchar la orgullosa voz de Sarah, en su lugar fue reemplazada por la profunda –y sensual– voz del Inquisidor.

Muy bien hecho Spartans –podía jurar que sus demás compañeros sintieron la misma repulsión por ese tono de voz que utilizo–. Voy a enviarles una Nave Spartan.

Tanaka soltó un suspiro, mientras caminaba hacia el mismo lugar por donde habían entrado. Ninguno de los tres restantes tenía palabras, Buck y Vale sentían un poco de curiosidad por la manera en la que hablo aquel líder Sangheili.

Tras eliminar otra oleada de soldados Prometo vieron como una Nave de Batalla descendía de apoco mientras que su compuerta trasera se abría para que Osiris se retirara victorioso una vez más.



I.



Regresar al campamento rebelde no había sido algo que le gustase, a pesar que Halsey dijo que el proceso de extracción de grabación de Meridian iba a tardar un par de horas, aun no se sentía a gusto en ese planeta, ni en esa zona y menos con el lascivo alienígena.

Mientras caminaba por el campamento, sentía las miradas de los Élites; aunque solamente lo miraban con admiración y cierto miedo, un Spartan había sido llamado "Demonio" quien decía que este no podría hacer lo mismo, muchos Grunts se escondían entre las piernas de los especímes más altos, los orbes dorados, anaranjados y esmeraldas se mantenían fijos y atentos en cualquier movimiento que hacia el moreno. Locke agradecía llevar casco pues si no fuese así todos sabrían que su rostro era una máscara de preocupación y temor.

Vale y Tanaka estaban con Palmer, Buck seguramente estaría solo mirando el atardecer de ese lado del planeta. Y él estaba solo y asustado entre esos Sangheilis que eran parecidos a Thel, se quedaría estático si uno de ellos intentaba un acercamiento como el líder hereje.

Aunque deseo que nadie se le acercara mientras caminaba para despejar sus pensamientos, sin embargo, no pudo dejar de pensar en lo acosadores que eran aquellas miradas. No deseaba que ninguno lo mirara.

Un grupo de cinco Élites le cerró el paso, algunos llevaban vendas y algunos otros estaban sin partes de armadura; Locke se detuvo.

–Spartan –hablo uno de ellos–: estamos agradecidos, nos salvó allá en el Enclave.

–Sí –uno se atrevió a tocarle el hombro, aquello era un símbolo de lealtad Sangheili–. Parece un experto piloteando un Banshee.

–Es gratificante saber que los humanos están de nuestro lado para derrotar a las fuerzas del Covenant.

–¡El Inquisidor es tan afortunado por tenerlo de aliado! –su acento tan bruto y tosco solo hizo sentir confiado a Locke, no parecía que esos heridos le fueran hacer daño.

–Es mi trabajo –hablo modesto–: tengo una misión, 117 ha desertado y debo traerlo devuelta.

–¡¿El Demonio es su presa?! –estaban sorprendidos.

–¿Se ha revelado contra los humanos? –cuestiono uno mirando temeroso la visera celeste del líder de Osiris.

–Puede contar con nuestra ayuda Spartan –otra mano se posó en su hombro.

Las sonrisas –o al menos el intento– de los Élites lo hizo entrar en confianza, una serie de comentarios y halagos fueron repartidos por los alienígenas, haciendo que el agente de la UNSC no se sintiera tan fuera de lugar; brindándole un apoyo moral sin siquiera saberlo.

Mientras que más soldados herejes se reunían entorno al Spartan de armadura ónice, la mirada recelosa armar lo veía desde lo alto de una estructura, el Inquisidor sentía celos. Conocía las costumbres de su raza, el contacto físico era únicamente como compañerismo o apoyo; muchos de sus hombres habían compartido ese gesto con ese humano.

No sería algo molesto si no fuese porque él aun creía en el honor de las palabras de Locke, algo completamente ignorado por parte del oficial de las fuerzas de la UNSC.

Suyo hasta el momento en el cual Osiris estuviese a bordo del Guardián.

–¡El Guardián va de camino a Sunaion! –era la voz de la científica por los comunicadores de Thel y Locke–. Deben avanzar hacía el Guardián.

Inquisidor en marcha –contestó al instante la voz del moreno.

El brillo dorado noto como el Spartan se despedía de los Élites que lo rodeaban, trotando hacia donde se suponía que estaba Halsey.

Thel gruño, ya le haría saber a ese humano que no podía estar cerca de otros que tenían inclinaciones afectuosas hacía su persona.

Dirty DealsWhere stories live. Discover now