Su preocupación y la de su lobo se dispararon enseguida, tratando de encontrar señales en ambos que le indicaran si estaban heridos. Su lobo se daba vueltas desesperado, rogándole a Seokjin que los inspeccionara. Todo el sueño que portaba en el cuerpo del omega se esfumó de golpe y, de pronto, todo lo que había era una profunda ansiedad.

—¿Están bien? ¿Q-qué ha pasado?

Taehyung se adelantó un paso y solo susurró:

—Ha llegado el momento.

El corazón de Seokjin se fue a sus pies antes de que su beta terminara de decir aquella fatídica oración. En su cabeza pudo escuchar a su lobo asustado, quien, a pesar de no entender del todo, sabía que venían malas noticias.

El momento.

Taehyung y Seokjin habían hablado de ese momento, en todas aquellas veladas en que el beta se quedó en la perfumería junto a él a hacer el amor hasta bien entrada la noche, a sabiendas de que en algún momento ambos tendrían que separarse. Los dos sabían que el tiempo llegaría y que, desde ese instante, ambos tendrían que ponerle fin a la relación que llevaban. Seokjin había intentado hacer que Taehyung desistiera, le había susurrado palabras de cariño al oído mientras permitía que el beta se hundiera en su cuerpo a gusto. El omega, ingenuamente, pensaba que, si él ofrecía todo su amor a Taehyung, este podría desistir de su decisión, quedándose con él y con Jimin siempre.

Pero Seokjin no era una persona del todo egoísta.

El omega comprendía la necesidad que Taehyung tenía de irse a la lucha. Si de él hubiese dependido, Seokjin habría dado su propia libertad para entregársela a Taehyung, porque así de mucho le amaba y quería que él fuera feliz. Su corazón dolía de solo pensar en lo mucho que quería a ese beta desgarbado que, cuando aún eran amigos, llegaba tarareando canciones a la perfumería. ¿Por qué no abrían aprovechado más esos momentos? ¿Por qué ambos no pudieron decirse antes lo mucho que se querían en vez de estar solo con miradillas infantiles? A Seokjin le habría gustado poder disfrutar más noches de besos, de hacer el amor, de hablar tonterías con su persona favorita en el mundo.

Taehyung era y siempre sería su primer amor real, aquel que siempre le trató con cariño y respeto cuando ningún alfa lo hizo, aquel que estaba poniendo su vida en riesgo para poder entregarle algo mejor de lo bueno que ya podía entregarle. Por aquella razón, Seokjin no fue capaz de impedirle con palabras irse a Taehyung ni tampoco podía odiarle. Porque ese tonto beta, ese que se había convertido en todo para él, merecía ser libre más que nadie en el mundo. Si Taehyung necesitaba libertad, Seokjin no iba a cortarle las alas obligándole a quedarse con él.

Pero eso no quitaba que se sintiera como si alguien le hubiese lanzado un balde de agua fría y que su lobo estuviera aullando en la parte posterior de su cabeza como si le hubiesen herido.

—¿Qué ha sucedido? —preguntó imitando el tono de voz de Taehyung instintivamente, con la voz hecha un susurro.

—Los conservadores del norte están bajando por los pueblos, destruyendo las Madrigueras de betas. Algunos buscarán refugio y los demás irán a Seúl—respondió el beta, con la misma voz monótona y sin vida.

Pero en cuanto Taehyung subió sus ojos hacia los de Seokjin, el omega sintió una fuerte oleada de desesperación y, sin siquiera pensar en el niño que estaba a un lado del beta, se lanzó a sus brazos, queriendo fusionarse con él, colarse entre su piel. Deseando que las cosas fueran diferentes con tanta fuerza que era casi doloroso, sintiendo que ni la misma Luna podría soportar un dolor como el que ellos tres estaban viviendo con su separación.

Taehyung lo sostenía con fuerza, presionando su rostro en la curvatura entre su cuello y su hombro, dejando fuertes besos en el lugar en que expelía su aroma. Seokjin, por su parte, obligó al beta a mirarle para poder besar todo su rostro, correspondiendo a sus caricias. Su cuerpo parecía susurrarle no te vayas, no te vayas, no te vayas a Taehyung, a pesar de que el omega se había jurado a sí mismo no detenerlo.

The scent of your skin || Omegaverse || Taejin-YoonminWhere stories live. Discover now