Capítulo 10 - Perdóname... Por favor.

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Si quieren leanlo con la hermosa canción :D

“¿Qué me pasa? ¿Por qué lo besé y porque lo sigo besando? ¡Frénate ya!” pensaba Fernando, pero su cuerpo no le hacía caso, porque lo siguió besando apasionadamente.

“Bueno… De a poco, primero saca la mano del cuello” se daba instrucciones mentalmente, pero parecía que su cuerpo estaba desconectado de su cerebro.

“La concha de la lora, soltalo…” Y esta vez si le hizo caso, sacó la mano del cuello de Lionel, pero no detuvo el beso.

“Muy bien… Ahora deja de besarlo”, estaba perdiendo la paciencia con él mismo.

En vez de dejar de dejar de besarlo, comenzó a besarlo con mayor gana. “La puta madre… Ya fue” pensó y levantó su mano derecha y se pegó una cachetada, obligando a separarlos.

Lionel al ver esa escena se quedó muy confundido, no entendía porque hizo eso.

Fernando se agarró la mejilla, “creo que me pasé” pensó muy adolorido por su propia cachetada.

-¿Qué fue eso?- Preguntó el menor.

-No… Nada- No quería decir el porque de lo que hizo, sabía que lo iba a lastimar otra vez si se lo llegaba a decir.

-Fernando…- Se estaba impacientando, sabía que le estaba mintiendo.

El mayor no sabía si decir la verdad o no, pero no le iba a mentir.

-Perdóname… En serio…- estaba muy arrepentido, él no quería que piense que estaba jugando con sus sentimientos. Estaba muy confundido.

-¿Por qué?- Ya dejó de entenderlo hace un rato.

-Te besé para que no te vayas…- Soltó de golpe, mirando el suelo. Ni a los ojos lo podía mirar.

-¿Cómo?- Rogaba que no fuera lo que estaba pensando.

-Yo… Estoy muy confundido- Eso sí que era verdad.

-Ah…- Lionel no podía creer lo iluso que había sido antes.

“Soy un boludo…” esa frase se repetía constantemente en su cabeza, “Era bastante obvio que no sentía nada por mi”.

El más bajo quería llorar, pero su orgullo se lo impedía.

Con la poca dignidad que le quedó, que fue bastante destruida por su compañero, se acercó a él y le agarró suavemente la barbilla del mayor, lo  miró a los ojos por un rato y sin que él otro se lo esperara, le clavó un puño en su mejilla izquierda, tirandolo al suelo por el impacto recibido.

Fernando lo miró sorprendido, con los ojos a punto de explotar en lágrimas, por un lado él sentía que se lo merecía, pero nunca pensó que lo haría.

Aún estaba en el suelo, le había roto una muela. Fue muy fuerte ese puñetazo.

Lionel lo miró fríamente, por más que por dentro estaba llorando a mares, lastimar a su amado le dolía inmensamente.

Finalmente, se alejó dejándolo tirado en el suelo, sin decir ni hacer nada.

Cuando ya no se veía ni su sombra, el más alto se largó a llorar.

Aunque el dolor era terrible, no lloraba por eso, lloraba por Lionel.

Había perdido a un gran amigo, todo por una estupidez suya.

Se quedó ahí, tirado, sin ganas de nada. No le importaba si la gente lo veía llorar.

……….

Lionel estaba caminando con lágrimas en los ojos que querían salir, pero él no las dejaba.

-Perdón…- Susurró cabizbajo.

Ahora estaba arrepentido por como reaccionó, además de que lo dejó solo.

“Soy un tarado” pensaba constantemente, quería volver, pero no podía. Su orgullo se lo impidió nuevamente.

Siguió caminando sin dirección alguna, “mejor vuelvo a casa” decidió  y tal vez sería lo mejor, volver, bañarse, acostarse y olvidarse de todo. Al menor por un par de horas.

Por suerte no estaba muy lejos de su hogar, así que no llamaría a un taxi, iría caminando.

Habrá tardado media hora en llegar, pero no estaba cansado para nada. Solo deprimido.

Puso la llave en la cerradura y escuchó ruidos provenientes de adentro.

……….

Cinco minutos antes.

Antonella estaba en la casa pero no estaba sola, al contrario, estaba muy bien acompañada y no por su pareja. Si, lo estaba engañando a Lionel.

Gemidos cada vez más fuertes provenían de su habitación. También se podían escuchar la voz de un hombre con un peculiar acento.

Estaba en pleno acto sexual, cuando escucharon como la puerta de la entrada principal se abría.

“Mierda… Mierda…” Pensó la mujer, ahora si que estaba en problemas. Graves problemas.

El hombre al verla tan nerviosa de repente, la miró extrañado.

-Lionel está acá, escondete o algo- Avisó muy exaltada y preocupada por que la descubrieran.

Ella se levantó de la cama y lo empujó adentro del armario apresuradamente y este se metió sin objeciones.

Antonella trató de agarrar la ropa que estaba en el suelo, la escondió también en el armario y se vistió rápidamente.

Lionel estaba subiendo las escaleras y ella no sabía donde meterse.

Estaba por salir, pero justo él la vio y ella se puso más nerviosa de lo que estaba antes.

-¿Estás bien?- Preguntó preocupado al verla así.

Las palabras no le salían, quería decir que si e inventar alguna excusa, pero no podía. Así que se puso a llorar en la puerta.

-Anto…- Se acercó a ella con la intención de abrazarla, pero cuando se acercó pudo ver una zapatilla en el suelo de su habitación y no era de él.

-¿Qué caraj…- No entendía de quién era, porque de él no era- Estás zapatillas no son mías…- Se volteó para mirarla y ella no dejaba de llorar.

Ella lo abrazó desesperadamente y el la apartó mirándola a los ojos.

-Vos… No…- Estaba destruido por dentro.

-Perdóname… Por favor- fue lo único que pudo decir y se tiró al suelo a llorar.

-¿Dónde está? ¡¿DÓNDE ESTA EL HIJO DE PUTA?!- Gritó causando pánico en la mujer.

Comenzó a buscarlo por la habitación y entonces se dirigió al armario, ahí estaba.

Abrió la puerta del ropero y lo vio.

-Hijo de puta…-

Hola! Perdonen que no suba tan seguido, pero siempre voy a subir.

Mejor tarde que nunca....

Ah... Les tengo un pequeño juego, la primera que adivine quién está en el armario, se va a convertir en un personaje del fanfic y pueden estar con el que quieran le la selección (excepto ellos dos, pero eso es obvio).

En fin, ¡Las quiero y gracias por leer!

XOXO

Tentación || Fernando Gago y Lionel Messi || (Terminada)Where stories live. Discover now