Me acosté en mi cama y cerré los ojos haciéndome el dormido como era normal en mí. Abrieron violentamente la puerta de mi habitación y sentí cómo muchas personas ingresaban en ella murmurando bajo.

—Ya está acá, ¿a dónde fue?—Escuchaba susurros.

Sehun

—¡Sehun!—Escuché cómo Yoona me llamaba.

Me volteé y le sonreí cálidamente—Dime.

—Qué bueno que ya Luhan apareció, pensé que se había escapado, casi entro en pánico. El jefe nos hubiera regañado a todos.

—Lo sé, también me asusté. Bueno, nos vemos ahora, iré a revisar a mis pacientes—Me di media vuelta, pero Yoona me agarró del brazo.

—Sehun...—Sentía que me analizaba de arriba abajo—Tienes la camiseta al revés.

—Oh sí, qué tonto, debí haberme confundido.

—¿Y esta mancha?—Dijo mirando mi bata en una de sus muñecas.

Palidecí y entré en pánico de nuevo—Este... es crema dental. Hoy me tocó arreglarme de afán, ya sabes, la ausencia de Luhan nos despertó a todos.

—Oh, claro. Esta mañana fui a buscarte, pero no te encontré, ¿estabas ahí?

¿Por qué hacía tantas preguntas? ¿Qué buscaba?

—Estaba con Seohyun en la enfermería, Yoona. La estaba ayudando a organizar unos papeles—Dije y le sonreí.

—Ah, sí, claro. Lo siento, nos vemos después—Se acercó a darme un beso, pero yo le volteé la cara, así que me lo dió en la mejilla. Ella sólo abrió sus ojos y se marchó.

No podía besarla, no ahora. No después de lo que le hice, no después de haberle hecho el amor a uno de mis pacientes. Luhan...

La mañana pasó tranquila, calmada, sin apuros. Fui a sentarme en una de las bancas cerca al lago que estaba casi saliendo del psiquiátrico, necesitaba pensar y observar la naturaleza para despejar mis pensamientos. Sentía el viento soplar sobre mi cuerpo, necesitaba aire, quería respirar. Desde que mi paciente favorito llegó acá todo en mi vida se había vuelto un caos... mi relación sentimental con Yoona, mi vínculo laboral con Suho, mi rendimiento en el trabajo, mi cordura...

Durante toda la mañana estuve revisando a todos los pacientes que tenía a mi cargo, a todos, excepto a Luhan. No sabía si ir a verlo era la mejor opción después de lo que había pasado anoche. No sabía si le habían llevado comida, si habían ido a hacerle exámenes, no sabía ni siquiera si estaba bien.

No entendía por qué me preocupaba tanto por él, al fin y al cabo, sólo era uno más de mis pacientes. Pero con él todo era diferente, era como si quisiera conocer todo de él, como si quisiera pasar cada momento junto a él. Me regañé mentalmente, ¿qué me pasaba? En mis años como doctor jamás me sentí tan interesado por un paciente como lo estoy por él...

Mi celular vibró, lo saqué de mi bolsillo y vi que era un mensaje de Chanyeol:

Chanyeol: ¿Ya revisaste a todos tus pacientes?

Sehun: Me falta uno.

Chanyeol: Déjame adivinar... ¿Tú pequeño ciervo?

Sehun: Deja de molestar, Chanyeol. Estoy tomándome un respiro, ya voy a verlo.

Estaba confundido. Ni siquiera entendía bien todo lo que había pasado anoche, ¿cómo es que cedí tan fácil? ¿Y si Luhan le decía a alguien lo que había pasado anoche? Me entró el pánico por quinta vez en el día y respiré hondo. Lo primero que se me vino a la mente fue: «no pasará, digo, Luhan tiene esquizofrenia, no le van a creer».

Me levanté de donde estaba, pero en vez de aclarar mis pensamientos, me había confundido más. Caminé de regreso al psiquiátrico y me adentré en él buscando la habitación de Luhan.

Abrí lentamente la puerta y entré. Luhan estaba dormido, su pelo cubría parte de su frente y estaba un poco mojado, hacía calor. Sin pensar muy bien en mis movimientos, me dirigí hacia él atraído por su belleza y me senté en la cama admirando cada parte de sí.

Era hermoso, le acaricié la mejilla y se sentía tan cálida, tan suave... su respiración era tranquila y sus labios... su sabor era suficiente para enloquecerme. Pasé mis dedos suavemente por los labios de Luhan, deseando volver a sentirlos sobre los míos. Posé mi mano sobre su pelo y comencé a peinarlo... dejándome llevar por la situación. Me acerqué a él sin poder evitarlo y mi rostro quedó a dos centímetros del suyo.

Su respiración chocaba con la mía, podía sentir incluso un poco de su aliento pues tenía los labios entreabiertos, quería besarlo, quería volver a saborearlo, quería volver a hacerlo mío.

—Sehun, toca llevar a Luhan al piso de abaj... ¿qué estás haciendo?—Dijo indignada una voz detrás de mí, sacándome de mi ensoñación. Mierda. Me separé rápidamente de Luhan y me levanté.

—No confundas las cosas Yoona...—Traté de sonar serio, pero era muy difícil hacer que mi voz no temblara—Estaba comprobando si estaba respirando bien—Fue lo único que logré articular.

—¿Y tenías que hacerlo así de cerca? ¿No podías simplemente poner uno de tus dedos bajo su nariz?—Estaba histérica.

—Cálmate, lo vas a despertar—Yoona abrió los ojos sorprendida—La próxima vez lo haré de otro modo.

—¿Desde cuándo haces eso?—Preguntó seria.

—¿Recuerdas lo que nos dijo Seohyun? Ella nos lo aconsejó, a veces los pacientes sufren de apnea, entonces es mejor estar pendientes—Me mordí el labio nervioso, no quería que Yoona sospechara nada.

Yoona me lanzó una mala mirada, ¿qué le pasaba? Se fue cerrando la puerta de un golpe y Luhan se movió.

Yo me le acerqué de nuevo y él abrió los ojos lentamente—¿Por qué estás acá, Sehun?

¿Qué se suponía que le dijera? ¿Quería saber cómo estabas, si necesitabas algo? ¿Te extrañaba? ¿Quería venir a admirarte? No, nada de eso. Y aunque quisiera, no se lo diría.

Puse mi mano en su pelo y lo aparté de su frente—Tengo que llevarte al piso de abajo Luhan, tenemos que hacerte un TAC.

—¿Para qué?

—Para saber cómo está tu cerebro. Ven—Le tendí la mano y Luhan medio adormilado la tomó. Su tacto me estremeció, tanto así, que la entrelacé. Luhan estaba tan dormido que no dijo nada al respecto. Lo conduje hasta el piso de abajo y se lo encargué a Chanyeol, quien me guiñó un ojo y me dijo que me fuera tranquilo, que él lo cuidaría.

Mi Doctor Oh Sehun [HunHan]Where stories live. Discover now