Deja partir mi pena y abandona
tu triste calma que nada aclara.Por hoy he tenido bastante,
de tus dudas bobas
de tu lengua rasa.Tus palabras son dinamita
y aquí hay una espita,
dispuesta a partir tu bonita
cara de lince.Siempre fuiste el más veloz,
el más calavera y el de la frente altanera, que pasaba sonriente,
delante de todas las veces
que mi destino te llamaba.Yo te miraba abobada,
y sufría porque me ignorabas,
sin saber que esa ignorancia
era miel para mi tolerancia.
STAI LEGGENDO
Salvajes. Por un puñado de poemas
CasualeEn proceso deconstructivo/constructivo, espero la opinión de los atentos lectores para ir dando forma a esta historia, cada día se modifican los poemas y se añaden nuevas partes. **Propongo un juego: 1-¿Quién narra las historias?¿Quién es la voz de...