Ese café me lo debes,
ese café frío y que
despacio te bebes.
Ese café me lo debes,
junto con esa explicación
que no entiendes.
Te espero intranquila en mi acera
pero mi sombra es pasajera
y en su soledad
tú la enciendes.
Algún día llamarás a mi puerta
tocarás con suavidad su madera
y mi voz sonará hueca.
Pero ya no estaré presente.
Seré libre. Seré fuerte.
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Salvajes. Por un puñado de poemas
RandomEn proceso deconstructivo/constructivo, espero la opinión de los atentos lectores para ir dando forma a esta historia, cada día se modifican los poemas y se añaden nuevas partes. **Propongo un juego: 1-¿Quién narra las historias?¿Quién es la voz de...
