11

5.8K 234 16
                                    

Y mi cuerpo ya había comenzado a temblar hace unos minutos. Mis manos se habían dormido de apretar mis brazos. Tenía demasiado miedo. El pánico que sentía hacia Justin que poco a poco estaba desapareciendo había vuelto.

- _____, por favor, dejame explicarte.

- Ya me tienes que explicar tantas cosas que prefiero no saberlo... - sin dejar de abrazarme a mi misma me dirigí a la puerta y coloqué mi mano en la manilla de la puerta.

Mis lágrimas ya no resistieron más y resbalaron por mi rostro hasta la barbilla, cayendo y perdiéndose en el suelo.

- No llores, _____, voy a explicartelo.

- ¿¡EXPLICARME EL QUE!? ¿¡QUE DE UNA PERSONA SOLO TE IMPORTA EL DINERO!?

- No, _____, eso no es verdad.

- ¿Me vas a matar a mi y a mi madre y vas a quedarte con nuestro dinero?

Los ojos miel de Justin se oscureció y se acercó a mi. Tanto que me acorraló entre la puerta y su pecho.

De repente dio un golpe extremadamente fuerte con su puño contra a la puerta. Me sobresalté demasiado y él abrió los ojos sorprendido.

Y silencio.

Solo se oía su respiración y sentía su pecho subir y bajar sobre el mio.

- No podría hacerte daño...

- ¿Por qué?

- Porque creo que te quiero...

Y abrí los ojos demasiado. No podría haber oído eso. "Porque creo que te quiero". Mi mente dejo de argumentar durante un largo periodo de tiempo. ¿Quererme? No lo veía posible.

Su rostro ya no estaba tan tenso. Ahora había relajado la mandíbula y sus ojos ya no eran tan oscuros.

- Yo...

- Tu no tienes que decir nada, _____.

- Es que no sé que pensar.

- Tampoco tienes porque pensar.

Suspire.

- Es verdad lo que decía Robert -Dijo con los ojos cerrados.

Se separó de mi y se rascó la nuca mientras maldecía en bajo.

- Si... pero no fue así exactamente.

- ¿Mataste gente?

- Sí. - Me miró directamente a los ojos e hizo que me recorriera un escalofrío por mi columna vertebral.

- Hace un poco menos de un año que lo dejé. Pero no mataba por dinero. Matabamos a la gente que tenía pendiente pagar pedidos.

- ¿Pedidos de qué?

- Droga.

Mis ojos se volvieron a aguar y mi mandíbula temblaba levemente. Dejé caer mi cabeza en la puerta ocasionando un pequeño golpe.

Entonces era verdad lo que decían. Y me lo imaginaba.

Me imaginaba que detrás de esos ojos miel había algo. Algo inquietante. Algo que erizaba la piel con solo mirarlo. Algo peligroso.

- Ten en cuenta, por favor, que ya no tengo nada que ver con eso, ______.

- Justin, yo...

Y no pude continuar mi frase porque sus labios se habían unido a los mios. Los suaves movimientos hicieron que ladeara la cabeza y pusiera mis manos en su cabello, enterrando mi dedos en el.

Justin alcanzó mis manos y las levanta más arriba de mi cabeza, inmovilizandome. Y cinco segundos después, bajó sus manos, liberandome de su agarre, y las colocó en mis muslos, elevandome.

Volví a colocar mis manos en su cabello, enredandome en él.

Cuando el oxígeno faltó, nos separamos y nos miramos directamente. Sus labios estaban hinchados por el beso y mi corazón iba demasiado rápido. La cabeza me daba vueltas por lo que acababa de ocurrir.

- ¿Por qué...

- Porque creo que te quiero. - me volvió a repetir.

Y no pude seguir hablando. Me soltó suavemente los muslos y me bajó.

Pero él seguía mirándome.

Y también me lo imaginaba.

También me imaginaba que detrás de lo inquietante y peligroso,

también había algo adictivo.

- ______, tenía que pedirte algo.

- Claro, dime.

- Hoy hay una fiesta en casa de Jasmine y me gustaría que me acompañaras.

Suspiré y desvié mi vista, pensando en la respuesta. La verdad que después de la conversación que tuve con Jasmine no creo que la guste verme allí, con su "novio".

- No creo que a Jasmine le haga gracia verme en su fiesta, y menos contigo.

Esquivé su brazo, que hacía que la puerta y su cuerpo me atraparan, y me puse detrás de él. Justin se giró.

- ¿Por qué?

- Ya sabes... eres su novio y...

- ¿Que? Espera... ¿ella te dijo eso?

Yo asentí mientras mordía el interior de mi mejilla. Quizá solo tendría que haber dicho "tengo que estudiar" y no empeoraría las cosas entre Jasmine y yo.

- Da igual, Justin... Vete tu, no me importa.

El quedó un momento en silencio. Mirándome con esos ojos miel, que parecía que el de un momento a otro iban a traspasarme.

El silencio seguía y yo no sabía si hablar o salir corriendo. Pero de repente el sonrió ampliamente, mostrando su blanca dentadura.

- Pasaré a buscarte a las nueve.

Iba a decirle que no. Que no podía ir. Pero sabía perfectamente que eso era lo que quería mi hemisferio izquierdo de mi cerebro, pero el hemisferio derecho, ese de "dejarse llevar" me pedía a gritos que aceptara.

Era tan jodidamente difícil guiarse por la lógica con este hombre...

Suspiré y me crucé de brazos, mientras me dirigía a la puerta principal.

- Nueve y media. Nos vemos.

Y salí, prácticamente, corriendo de allí antes de arrepentirme de lo que acababa de hacer.

Addiction » j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora