Capítulo 3

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Casi después de que terminara esa charla, se escucharon caballos afuera de la casa y a unas voces masculinas llamando a Simón. Este sale acompañado de su hija y de Viviana, quien había dejado su peluche y su bolso en la casa y solo portaba la gargantilla con el diamante rojo.

Lo que les esperaba fuera eran un pelotón de hombre en armaduras ligeras armados solamente con espadas, y en la parte de atrás, entre 2 de ellos, sujetaban con unas cuerdas a un lobo bastante grande, completamente negro a excepción de sus afilados colmillos blancos y sus ojos dorados. Se puedo fijar que había más hombres sin armaduras que llevaban una especie de gargantilla, Viviana dedujo que eran los hombres de Simón.

- Veo que aun sigues en tu pequeña aldea Simón. Dime ¿Has conseguido que alguno de tus niños o alguna de tus mujeres pueda derrotar nuestra bestia? -pregunto burlescamente el que parecía ser el líder para luego carcajearse con sus compañeros

- Sí -respondió Simón firmemente cortando las risas de los hombres- Esta señorita ha vencido a esas bestias previamente -

Simón señaló a Viviana y esta hizo una reverencia cuando se convirtió en el centro de atención.

- ¿Esa niña? - ¡No bromees Simón! - Pero sí parece una señorita que solo sirve para portar vestidos -gritaron varios hombres entre risas pero fueron callados por el líder

- Démosle la oportunidad, pero si no puede contra el Nigrum Lupus... morirá -

En cuanto terminó esa oración, les dio una señal a sus hombres para que soltaran al perro. Estos soltaron las cuerdas, los demás se hicieron a un lado dejando a Viviana en frente de perro. Los hombres de armadura formaron un círculo alrededor de Viviana y el perro formando una arena de batalla.

"Así que debo derrotar a ese lobo para ganar esto. ¿No que ellos siempre estaban en manadas? ¿Cómo lo habran capturado?"

El lobo corrió hacia Viviana pero tuvo que saltar para atrás nuevamente cuando una llamarada casi lo calcina, dicha llamarada había salido de la mano izquierda de Viviana quien había invocado una daga en su mano derecha para atacar al lobo, y así fue. Viviana lanzó la daga contra el lobo llegando a herirlo aunque este le mordió como contraataque. Acertó al concluir que la fortaleza del perro era su velocidad. Este zigzagueaba atacando a Viviana repetidamente aunque esta se defendía con el fuego y atacaba con otra daga que había invocado. La pelea se extendió solo unos minutos hasta que el lobo cayó rendido lleno de quemaduras y de cortadas pese a que ella también se llevó un par de rasguños y mordidas en brazos y piernas.

- I-imposible... solo eres una niña... contra una bestia -murmuró el líder de los hombres

- La señorita Viviana ganó, devuélvenos a nuestros hombres -exigió Simón

Los collares que portaban los hombres de Simón fueron desactivados y cayeron al suelo y los de armadura se fueron dejándolo al perro en el suelo.

- Tú fuiste la que nos salvó, tienes mi gratitud –dijo uno de ellos que se asemejaba mucho a Simón- Mi nombre es Evander Vekkiedrish, soy el hijo del jefe –

- Ahora que recuerdo, no te he dicho mi nombre -mencionó la hija de Simón quien se acercaba con su padre- Soy Ailith Vekkiedrish -

Viviana devolvió su vista a Evander y pudo fijarse de que era un joven de aparentes 14 años de edad, su piel estaba bronceada y tenía el cabello castaño como su padre pero los ojos dorados como su hermana. Su cuerpo trabajado como se esperaba y solo vestía unos pantalones y un protector en el pecho.

- Viviana Scarlett -se presentó haciendo una reverencia

- Viviana, en esta aldea es costumbre que el heredero sea desafiado por contrincantes fuertes para probar si es digno de ser el jefe –explicó Simón- Lo que quiero decir es que, ya que ninguno de mi hombres pudo vencer a ese lobo, quiero que tu desafíes a mi hijo. El ganador se quedará con el puesto de jefe –

- ¡Eso sería maravilloso! Si Viviana es la próxima jefa estaremos más que protegidos –exclamó Ailith causando que su hermano le dirigiera una mala cara- Tú tampoco pudiste con el lobo, además, se necesita más que fuerza bruta para ser jefe –

- Yo... -

*Gnnn-ghhhh*

Viviana vio que el lobo al que había vencido seguía tirado en el suelo lleno de heridas así que se acercó al perro para sanarlo. El animal intentó alejarse de ella pero estaba demasiado débil como para resistirse.

- Calma, no te haré más daño. Quiero sanarte -dijo en tono tranquilizador

Él se quedó quieto dejándose sanar y cuando ya estuvo recuperado, se sentó frente a Viviana

- ¿Eres un Nigrum Lupus? Más que una bestia pareces un lobezno... -el animal comenzó a restregar contra Viviana  y luego bajó la cabeza- ¿Quieres que yo sea tu dueña? Bueno, mi hermano siempre dijo que un familiar sería bueno para una chica tan callado como yo -agregó sonriendo a lo que el lobo volvió a ladrar en señal de que estaba de acuerdo- Veamos... lo primero sería darte un nombre... ¿Qué te parece...Fenris? -cuestiono ella al lobezno

Dos círculos luminiscentes rodearon el cuello del lobezno y la muñeca de Viviana y había una cuerda unía a ambos círculos, los cuales iban cerrándose hasta desvanecerse. En el cuello del lobezno ahora había un collar rojo carmesí como los ojos de Viviana y ella ahora tenía una marca con forma de diamante en su muñeca. Ella se quedó observando la marca hasta que se levantó y el lobo se quedó al lado de sus piernas.

- Esta bien, competiré contra Evander por el puesto pero si llego a ganar, quiero que él, Ailith y el actual jefe sean mis consejeros –propuso a lo que Simón aceptó y luego toda la aldea se entusiasmó por alguna razón que Viviana desconocía

"¡¿Cómo acabe metida en esto?! Yo solo quería un lugar donde vivir hasta que mi hermano llegara por mi..." pensó nerviosa "Hablando de mi hermano ¿Cómo estará ahora mismo?"

VivianaWhere stories live. Discover now