- Tienes razón, Kenya, no vale la pena enojarse por esas tonterías infantiles -. Se acercó al chico más grande abrazándole por la cintura.
- Te perdonó Lu-kun -. Hablo imitando un tono de voz tierno mientras le miraba atentamente con sus grandes ojos color verde.
- Se que fuiste un idiota, pero es algo que no puedes evitar ya que es natural en tí -.

"Será cabrón".
Pensó Luke, mientras sus ojos cafés se encontraban con los contrarios.
"Cachorro del demonio..".

El mayor sonrió, acariciando los cabellos de Shino con su mano.
- Está bien, pequeñito, también te disculpó por ser un Chihuahua celoso y posesivo, no es tu culpa ser así de salvaje ya que está en tu naturaleza -. Terminó de hablar mostrando una gran y brillante sonrisa, pagando con la misma moneda al mocoso.

La expresión alegre de Shino cambió drásticamente por una molesta.

- Me rindo, con ustedes no se puede -. Suspiró Kenya cansada, comenzando a caminar hacia el salón.

- K-kenya, espera..-. Kimi iba a salir detrás de la pelirroja, pero quería asegurarse de que los chicos estubieran bien.

Pero cuando volteo, se encontró con la escena de un chico alto y fornido corriendo por su vida, huyendo de un chico pequeño y debilucho mientras soltaba maldiciones hacia su persona.

- ¡Los que se pelean se quieren!-.
Les grito la castaña antes de verlos desaparecer entre el mar de alumnos.

No pudo evitar reír por lo gracioso de la situación.
¿Un chico de tercer año huyendo de uno de primero? Era demasiado divertido e irreal.

Usualmente solía ser al revés.

[...]

Uruha arreglaba su cabello y los últimos detalles de su ropa, preparándose para salir.
Necesitaba ir al supermercado para comprar algunas verduras para la cena.
Además, necesitaba distraerse, o más bien, mantener su mente ocupada en cualquier cosa que no fuera... Bueno, no importaba recordarlo, ya que esa era el motivo para salir de casa un rato, olvidarlo, aunque fuera por un momento.

Se iría caminando, después de todo el supermercado no quedaba tan lejos de casa, así que solo tomo las llaves de su hogar y se aseguró de que la casa estuviera ordenada antes de salir.

Suspiró con una pequeña sonrisa abriendo su puerta, sonrisa que de inmediato se borró de su rostro, al toparse y casi estrellarse con lo que no quería recordar.

- ¡¿A-aoi?!-. La cara de confusión y sorpresa que tenía el castaño era digna para una fotografía.

Una expresión bastante linda desde el punto de vista del moreno, quien apesar de todo lo raro de la situación mantenía una gran sonrisa en su rostro.

- Shima, que cosas, estaba apunto de tocar el timbre -.

- ¿Como.. como sabes la dirección de mi casa?-. Pregunto sin salir de su sorpresa.

- Oh, eso.. bueno, Luke se quedó hasta tarde aquí con Shino el otro día y vine a recogerle, claro que no sabía que era tu casa ni tu hijo hasta el otro día que nos encontramos en la escuela y..-. Calló unos segundos el moreno analizando la situación.
- Oh, lamento mi intromisión.. supongo que estabas apunto de salir ¿cierto?-. Hablo apenado el mayor haciéndose aún lado para que el castaño pasará.

- No yo, b-bueno si, pero..-. ¿Intromisión? ¿De verdad era el mismo Aoi que él conocía?.
- De todas maneras, dime, ¿que se te ofrecía?-. Sonrió Uruha, tratando de sonar lo más amable y menos incómodo posible.

- Bueno, mmh..-. Aoi comenzaba a sentirse nervioso y se notaba, desviaba la mirada hacia el suelo, moviendo con su pie una hoja de árbol que estaba tirada.

Acto que el castaño observaba en silencio con ternura, ver al moreno vistiendo un traje tan elegante y siendo tímido era tan.. tan...

– Yo, quería venir a verte –.

La mirada de ambos se encontraron, los ojos del castaño parecían desviarse un poco, mientras los del moreno eran firmes, causando que el corazón del más joven latiese a velocidades que Uruha había olvidado que podía latir.

– ¿A verme?...–. Susurró Uruha, sintiendo su rostro arder.

– ¿Vas alguna parte, talvez a.. una cita?–. Aoi se tenso en su sitio, pronunciando con dificultad las últimas palabras.

Cita, ¿Uruha iría a una cita con alguien? No es de extrañar, es un hombre demasiado hermoso debe estar lleno de pretendientes, pero.. ¿porque le dolía a Aoi el tan solo imaginarse a Uruha saliendo con alguien?.

Esperen..

– Digo, yo..– Aoi peino sus cabellos hacia atrás nervioso al darse cuenta de la tontería que acababa de decir.

¿En qué diablos estaba pensando? ¿Que hay de la madre de su hijo? Uruha era un chico tan tradicional que lo más probable era que estaba casado.

Uruha solo atíno a sonreír.

– Solo iba al supermercado por unas verduras para la cena –. Soltó una ligera carcajada, provocando que el cuerpo del mayor se relajara.
– Me halaga que pienses que aún tengo tiempo para salir con alguien –.

Aoi sonrió aliviado, ahora se sentía más intrigado sobre la vida del castaño.

– Creo que estamos igual –. Mintió.
– ¿Te parece si vamos juntos al supermercado? Digo.. así nos hacemos un poco de compañía –. 

Aún lo tenía, Aoi aún tenía el don del convencimiento.

Uruha sonrió un tanto tímido.

– Solo si aceptas ir caminando –. Hablo divertido el castaño, mirando el auto costoso que se encontraba detrás del moreno.

– Aceptó –. Sonrió el mayor sin titubear, logrando sorprender más a Uruha por esa actitud tan.. tan no Aoi.

– Está bien, vamos..–. Uruha dió la espalda al mayor poder cerrar la puerta mientras lanzaba un suspiro.

¿Por qué sentía que estaba haciendo algo malo, pero al mismo tiempo realmente quería hacerlo?.

El ex de papá.Where stories live. Discover now