COBARDE [KrisHan]

TWO: LA PREGUNTA.

Retro Furture — Triple H

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Unas caricias en la espalda baja, despertaron a LuHan, mirando al dueño de tales sonrió.

—Buenas Noches dormilón.— Se burló el mayor.

—¿Porque?. — Pregunto curioso el rubio, moviendo su cuerpo para que quedará con la cabeza en las piernas de YiFan.

El mayor trago, dejando de lado aquellas pequeñas caricias, no sabía que responder, no amaba a LuHan, amaba su cuerpo, amaba ver su rostro de placer, amaba sentir su interior apretar deliciosamente su pene. Pero no amaba al pequeño niño lleno de esperanza, el que le gustaba tomarle fotos distraído, el que le mostraba sus proyectos de ciencia, no aquel niño que le sonreía con amor.

—¿Porque no?. — Fue lo que pudo responder el chico.

—De acuerdo, pero ahora me duele.— Un tierno puchero aprecio en los labios de LuHan.

YiFan bajo sus manos hasta los glúteos del menor, para darle un pequeño masaje, acariciando la entrada de LuHan, quien se quejaba levemente por estas, hasta entrar en una excitación, que le estaba dejando sin aliento. Y YiFan se encargó de esta.

Un beso en los labios hizo que LuHan, colocara sus piernas en la cintura de YiFan, este acariciaba las nalgas del menor. Quitando las prendas sobrantes, el cuerpo del mayor obligó al rubio, a montarlo, dando saltitos sobre el pene de YiFan, el menor llegó a su deseado orgasmo.

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LuHan se encontraba acariciando los cabellos de YiFan. Hace un mes, que habían tenido sus sesiones de sexo.

La relación entre estos dos jóvenes era así. Solo sexo, pero LuHan entregaba su corazón. Sintiéndose amado al lado de YiFan, descuidando sus estudios, dejando en la esquina de su habitación, la cámara regalada por sus padres, probando el alcohol y las drogas, haciéndose adicto a la cama de YiFan. Sin embargo este aun no estaba seguro de sus sentimientos, temía lastimar a LuHan, temía enamorarse.

—¿YiFan?.— LuHan llamó al más alto, a lo que este le miro confuso, raras veces le llamaba por su hombre.

—¿Si, Lu?.— Respondió el chico.

—¿Me amas?.— Contraatacó el rubio.

YiFan, nuevamente se quedó sin palabras.

¿Como podía responder a su pregunta?.

Ni siquiera el sabía como responder, no podía simplemente mentirle.

Y ahora, estaba apuntó de hacerlo.

—Si, por supuesto.— Le sonrió el joven.

Una mentira, las contaría.

—¿Cuanto?— El chico sonrió con emoción.

Y nuevamente el mayor se quedo en shok, responde YiFan, responde.

—Mucho.— El murmura del mayor sonó en los oídos del más joven.

Dos mentiras.

—¿Enserio?.— El menor se sentó en el regazo de YiFan, sonriendo le con suma alegría.

—Si.— Un nuevo murmuro sonó.

Tres mentiras.

Para evitar que LuHan le siguiera preguntando cosas, el mayor le beso apasionadamente. Para el rubio esos besos eran lo mejor, el mayor tomo un cigarrillo de su pantalón, que yacía botado en alguna parte de la habitación, le encendió e inhaló aquel humo, para después unir sus labios con los de LuHan, compartiendo el humo dulce y amargo del cigarrillo.

Aunque anteriormente LuHan no fuese de los chicos que fumaban, ahora ya se había acostumbrado a ese tipo de acciones.

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LuHan miraba con completamente aburrido a sus padres, quienes le reclamaban con enfado, el porque sus calificaciones estaban tan bajas, y es que las calificaciones saltaron de un 9.5 y 10 a un 6.0 y 6.7, LuHan ya no era el mismo, ya no quería saber nada de la escuela, cegado por los encantos de su actual novio, ya no quería ni siquiera pisar las instituciones.

Lo curioso es que YiFan, jamás lo presento como novio.

¿El masoquismo, te ciega?, tenemos en claro ejemplo de LuHan, su masoquismo llego al límite de solo estar dispuesto y merced de YiFan, sin excusas ni relatos tontos, su cuerpo estaba marcado por los labios del chico cara de dragón, sus labios eran de él, y sus manos se dedicaban a acariciar y arañar la espalda del mayor.

Y así es como poco a poco, LuHan, dejó de ser un tierno niño inocente.