Capítulo 2

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Ya habían pasado unas cuantas horas y ahora estaba en el salón esperando a que Sam y Alex llegaran, como siempre, tarde.

Estaba sentado en uno de los últimos asientos escuchando música con mis audífonos, en eso, a mi lado, se sentó un Sam atareado cargando una pila de libros.

- Entonces, la raíz de... - decía, hablando completamente solo. Alex se sentó en el asiento de adelante con una sonrisa.

- Hey, ¿qué cuentan chicos?

- Me pasó algo muy extraño antes de venir. – respondí, chocándole los puños y mandándole una pequeña sonrisa. – Creo que fue una de esas...

- ¿Fallas? – El chico alzó una ceja y soltó un bufido. - Sí, claro, como si eso fuera...

- Mira, un coche negro se me atravesó en medio del camino y...

Alex soltó una carcajada.

- Amigo, a eso se le llama tráfico. Pasa muy seguido, por si no lo sabías.

- No me refiero a eso, el coche... - Nuestra conversación fue interrumpida gracias al fuerte sonar de la puerta del salón mientras una mujer de cabello rizado pasaba por esta

Mientras todos hacían sus pruebas, yo estaba distraído mirando al foco de luz que parpadeaba sobre nuestras cabezas, intentando recordar algo de lo que había estudiado anoche.

Unos minutos más tarde, el foco explotó, dejándonos a oscuras.

- Llamaré al conserje – informó la profesora mientras salía del salón.

Alex asentó su prueba sobre la mesa de madera y volteó su silla hacia mi dirección, dejando sus brazos apoyados sobre el respaldo.

- ¿Qué decías del coche? – Preguntó, llamando también la atención de Sam.

Traté de recordar los detalles. – Verán, ya había salido de casa, avancé unas cuadras y de la misma nada se apareció un coche negro en medio del camino. Cuando giré por otro camino, el mismo coche se detuvo a unos metros enfrente de mí, como si me estuviera... esperando. – Expliqué, con el mayor detalle que pude.Durante la explicación, Sam estaba mirando distraído por la ventana, como si algo hubiera captado su atención en el exterior.

- No sé qué pudo haber sido eso, pero sin duda, deberían de mirar por la ventana chicos... - Alex y yo nos miramos confusos y giramos nuestras cabezas hacia el lugar que Sam nos estaba indicando.

Lo miré dándole a entender que no captaba lo que estaba mirando. El castaño rodó los ojos y con su dedo pulgar nos señaló un pequeño objeto negro que estaba inmóvil en el cielo.

Al principio no sabía por qué el interés que Sam le estaba dando a aquel objeto. Pero, al levantarme y aproximarme a la ventana, pude ver que se trataba de un pájaro. Un pájaro que se había quedado paralizado en plena caída.

- ¿Pero qué carajos...? – dije, pasándome una mano por la cabeza.

Volteé mi mirada para observar las reacciones de los chicos.

Ambos estaban a mis lados con las mismas expresiones confusas que yo. Sam me volteó a ver, en sus ojos podía reflejarse miedo. Miedo y preocupación al no comprender lo que estaba pasando. Mientras que Alex, por el otro lado, estaba en un estado de shock, completamente estático mirando al pequeño Pájaro que no presentaba señales de movimiento. Parecía como si el tiempo se hubiera detenido por unos segundos y el ave se hubiera quedado en ese estado de inmovilidad.

Segundos más tarde, el animal comenzó a girar su pequeña cabeza con lentitud y a mover sus plumas de sus alas hasta que, finalmente, rompió en vuelo. Los tres retrocedimos del cristal y nos sentamos en nuestros asientos sin saber cómo reaccionar ante lo que acababa de pasar. Sam habló.

- Max, cuando decías eso de las fallas... ¿a esto te referías? – Lo miré, sus ojos seguían mirando el punto donde el pájaro había retomado el vuelo. Asentí con la cabeza.

- Sí, pero... Nunca antes había presenciado algo como esto. Digo, ya había visto que los coches aparezcan de la nada o que un avión se quede varado en el cielo sin moverse como el pájaro. Al principio pensé que tal vez era algo que sólo algunos pilotos podían hacer, pero esto... Esto superó a todos.

Los tres estábamos en silencio, sin saber qué decir, con las miradas perdidas en el exterior. De repente, los focos del lugar comenzaron a parpadear.

- ¿Qué está pasando? – Preguntaba Alex tartamudeando mirando a distintas direcciones del techo donde las luces parpadeaban.

- No lo sé...

Varios minutos pasaron en los que las luces seguían así. Momentos después, se detuvieron, volviendo a producir la misma luz blanca radiante de siempre.  

- Okey, eso fue muy raro... - Soltó Alex. - ¿Qué mierda acaba de pasar?

Me encogí de hombros y enterré mi cabeza entre mis manos. 

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