Capitulo 12. La luna lo abandono por tonto.

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Quiere alejarse, quiere dejar de sentirse como una presa. Gruñe y grita de dolor, se retuerce y trata de escapar 

—¡Por favor Decker, suéltame! Te lo estoy rogando —El peso de las lágrimas es demasiado para sus ojos y tras un parpadeo comienzan a rodar por sus mejillas —Te lo estoy rogando... 

Sabe que las palabras son inútiles, pero no pierde las esperanzas y sigue suplicando 

—Hablemos de esto... Quiero hablar —Chilla al sentir sus piernas ser estiradas. 

Max abre sus ojos y tiembla desde lo profundo de su corazón, tiene miedo, miedo de lo siguiente; 

Por otra parte, en un estado de lujuria extrema, el trozo de carne debajo del pantalón de Decker yace duro y palpante, derrama líquido pre-seminal y moja la delgada tela del bóxer. 

"Se está desperdiciando" piensa inconscientemente, así que sin perder tiempo, abre su pantalón y deja a relucir su gran pene. Es gigante comparado con el de Max, no está nada pigmentado y se logran ver gruesas venas rojas adornarlo. No piensa darle preparación previa, cree que la gran cantidad de lubricante natural que secreta Max, es una jugosa invitación y que está deseoso por recibirle. Así que no duda. 

Coloca la cabeza del pene en la entrada de la cueva de miel y comienza a empujar 

—¡NO! —Exclama Max y contrae los músculos de su recto, no está dispuesto a dejarle entrar tan fácilmente, tampoco está bien lubricado ni preparado, aún que Max quisiese dejarlo entrar, ¡La gran verga de Decker simplemente no entra! 

Sus manos, instintivamente viajan hasta la cintura de Decker para empujarla y tratar de alejarlo, solo que es imposible, el alfa sobre él tiene una fuerza abrumadora. 

—Relájate... —Murmura un poco confundido, no sabe por qué su órgano no es digerido por el culo de Max. Así que se desespera y vuelve a intentarlo con más fuerza, pero simplemente falla. Max está decidido a no dejarlo entrar —¡DEJAME ENTRAR! —Exclama con la voz alfa y Max se paraliza totalmente, su cuerpo incapaz de expandirse por si solo, lo hace quedarse sin aliento y sufrir infinitamente. 

—Espera... —Un plan cruza por la mente de Max, tratará de engañar al alfa, y este, por primera vez y  milagrosamente,  lo escucha —Lubricante 

—¿Eh? —El reciente gesto de Decker es ocasionado por una duda gigante. "¿Por qué si tu agujero me está invitando, debe ser lubricado?" —Deja de bromear —Habla el lado inconscientemente y en trance de Lan.  

—Si usas lubricante, si me preparas bien, te dejaré entrar... —Dice con la voz temblorosa, solo que Decker lo interpreta como una voz de deseo y lujuria intensa —Mi interior está ardiendo, ¿E-es acaso que no quieres entrar? —Y Decker se vuelve loco con esas palabras. 

Con rapidez comienza a mirar por todos lados, su vista está un poco nublada, pero puede distinguir bien las cosas, desea encontrar el dichoso lubricante para poder hundirse en la cueva de miel.

—¿Dónde está? —Pregunta con una voz rasposa y cargada de deseo 

—Creo que está en el baño —Miente, y por primera vez parece que hay esperanza —Hay una pequeña mochila, allí debe estar —Decker gruñe, y se levanta para ir por el lubricante que según está en el baño. 

Cuando se aleja unos pasos y se dirige al baño, Max aprovecha para escapar, está tan cerca de la puerta que si estira su mano está seguro de que puede tocarla, pero cuando está a punto de hacerlo, su mano es pisada con fuerza.

—¡Ah! —Grita desgarradoramente al sentir su mano siendo aplastada por el pie de Decker, sus dedos crujen y le provocan un dolor inmenso. Mira hacia arriba, y la mirada que le da el Alfa es de pura furia, sus ojos se ven aún más molestos y su rostro se arruga en una expresión casi inhumana. 

¡No Me Lastimes!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora