La llegada del humano caído: Preguntas sin respuesta.

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El tiempo transcurría... El aroma del desayuno provocaba en cualquier persona que estuviese cerca de la cocina, ansiara ya probarlo por lo bien que olía; risas infantiles se escuchaban, y podían notarse a dos pequeños sentados en el comedor, charlando y jugando con los cubiertos que se pusieron en aquella mesa de madera.

Una amorosa mujer, que, aunque exhausta por lo larga y dura que la noche fue para ella y su esposo, se encontraba sirviendo la comida que con tanta delicadeza y cariño habría preparado, y, al ver que tan bien su niño se estaba llevando con aquella chica que trajo a casa, su corazón se llenó de ternura y alegría. Era la primera vez que observaba a Asriel hacer algún amigo; tenía la esperanza de que, con esto, la soledad que su pequeño sentía de vez en cuando, pudiese ser apaciguada. 

—Nos alegra demasiado tenerte en nuestro hogar, Chara. Es realmente un gusto poder ver que ya te encuentras bien.

—Comentó aquella dama esbozando una sonrisa amable en sus fatigados labios. —Dime, mi niña... ¿Cómo te sientes? Ese golpe que escuché ha de haber sido demasiado fuerte, como para que su sonido llegase hasta la habitación de mi hijo.

—¿A-ah?... ¿Y-yo? ... —Cuestionó la castaña, quien fue tomada por sorpresa por la pregunta que se le habría hecho.— Bien, supongo... La verdad el golpe no fue demasiado fuerte.

—Chara... Te pegaste contra un pilar de mármol. Huías de mi, y corriste sin importar que recientemente tus heridas se curaron; ¿Realmente estás bien? C-cuando te encontré, yo... Bueno, ¿Puedes recordarlo?

—No... Lo único que recuerdo, es que me encontraba escapando de una multitud... M-muchas personas enfurecidas; fuego... Gritos. Luego caí, y todo se tornó borroso por unos instantes... ¿Hubo algo importante de lo que me he perdido? —Ante esta revelación, por momentos hubo silencio... ¿Qué era lo que aquella niña tuvo que haber vivido como para poder llegar a estas instancias? Asriel hacía todo lo posible para intentar encontrar un "porque" lógico a lo que Chara había explicado... Sin embargo, en su limitada forma de ver las cosas, no pudo encontrar alguna respuesta; Toriel por su parte, quien había visto los horrores de la guerra a la par de su esposo por primera mano, era capaz de dilucidar una imagen mental... Pero temía que sus conclusiones fuesen herradas.

Chara al notar el silencio tan abrupto que hubo por momentos, decidió preguntar.— Eh.. C-chicos, ¿Están bien?... ¿A caso dije algo malo?

—... ¡Oh cielos, no!  No has dicho nada que esté mal, pequeña... Es solo que, bueno... No... No es nada por lo cual tengas que alterarte. Nosotros-

—¡Cielos Chara, eso sí que apesta! —Comentó el príncipe de forma imprudente.

—¡Asriel!

—¿Qué?... ¿Qué fue lo que dije?

—No, está bien señora... Su hijo no ha hecho nada malo. La verdad tiene razón... ¡Ni siquiera se que fue lo que hice para que las cosas llegasen hasta tal punto!... Yo solo... No lo sé. Jamás pude comprender las acciones de algunas personas que me rodeaban, ¿Sabe? Ni siquiera ahora... No sé porqué fueron tan amables conmigo en primer lugar. —Repuso aquella chica con sinceridad... Era más que obvio el porqué. Después de todo, ¿No se suponía que, según las historias que se contaban en los libros, los monstruos eran las criaturas más viles que pudieron haber existido alguna vez? Era sin dudas algo bastante inesperado que fueran ellos mismos quienes le tendiesen la mano en tiempos de necesidad; ni siquiera tenía las agallas de expresar cuan sorprendida se sentía ante este hecho.

Al escuchar sus palabras, la reina dejó momentáneamente lo que se encontraba haciendo, apagando el fuego mágico que mantenía a la hornilla de su estufa encendida, y se acercó a la pequeña para hablar de una manera más apropiada.

UNDERFELL (Un verdadero infierno)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt