Capítulo 2: Momo en problemas.

Start from the beginning
                                    

-Cálmate, Ochako – Dijo la azabache, dándole suaves palmadas a su compañera – Sólo está bromeando, no tienes que poner así – La reconfortó, haciendo que destape su rostro – Además, también estamos hablando de Yaomomo. Ella es muy seria y responsable, jamás haría algo así con Midoriya – Agregó orgullosa, de su amiga vicepresidenta.

-D-De acuerdo... - Ochako se recompuso y se integró de nuevo – Tienes razón, ellos nunca harían algo atrevido jeje – Se rascó la nuca de manera nerviosa, sin saber que... Tal vez... Sólo tal vez... Su compañera y su no tan secreto enamorado, no sean las personas que dicen ser.

.

.

.

.

.

Parte trasera de la academia, unos minutos después de iniciar la primera clase....

Ciertos jóvenes, un peliverde y una pelinegra, protagonizaban otra escena, se encontraban sentados, apoyando sus espaldas en un árbol, uno a lado del otro, sólo la chica respiraba fuertemente.

-E-Eso... Eso fue muy imprudente.... Midoriya-san... - Su voz entrecortada por sus jadeos difícilmente llegaron a los oídos de Izuku, quien también intentaba recuperar el aliento.

-B-Bueno... Al menos no nos bugeamos y caímos fuera del mapa jeje- Bromeó, luego de recordar su salto al más puro estilo de cierto grupo de asesinos. Esto confundió a la recién recuperada.

-Midoriya-san ¿De qué estás hablando?

-Nada – Respondió rápido, las palabras le habían llegado de repente. Puso su mano en su pecho, el dolor había desaparecido y ese intenso calor también. Se levantó, ofreció una mano a la pelinegra – Yaoyorozu-san – Ella vio el gesto amable y lo aceptó sin más.

-Gracias – Una vez de pie, empezó a sacudir la suciedad de su uniforme. Izuku la imitó, y cuando terminaron, cuando irguieron sus cuerpos, sus miradas se encontraron, muy, muy cerca.

-Eto... Y-Yaoyorozu-san... – La voz le temblaba, mientras empezaba a sudar frio, recordó lo que había ocasionado su tan espectacular huida. No sabía que debería decirle; disculparse por el empujón en el gimnasio; por haberse arrojado sin su consentimiento o por lo que le había hecho en la enfermería; decidió disculparse por todo - ¡LO SIENTO! ¡LO SIENTO! ¡LO SIENTO! ¡NO QUERÍA HACER NADA DE ESO! ¡POR FAVOR, YAOYOROZU-SAN, PERDONAME!

Lo vio haciendo varias reverencias, de la forma en que lo haría un robot. Yaoyorozu lo pensó, Midoriya no era una mala persona, ni estaba molesta con él, simplemente estaba sorprendida con su actitud reciente. Sin embargo, al recordar lo que paso en la enfermería, no podía dejarlo pasar sólo así porque sí. Tocó sus labios con su dedo índice, un leve carmín decoró sus mejillas. Debía obtener una respuesta de lo que le pasaba a su compañero.

-Midoriya-san – Hizo que se detuviera. Izuku se puso firme, de la forma en que lo haría un militar.

-¡Hai!

Lo vio fijamente, esa expresión nerviosa mientras cerraba los ojos, como si esperara ser regañado.

-No tienes por qué disculparte, no estoy enojada ni nada por el estilo – Dijo la pelinegra, palabras amables que hicieron a Izuku abrir los ojos – Pero... - Ella se acercó, lo hizo retroceder hasta quedar contra un árbol – Dime la verdad, Midoriya-san ¿Qué ocurrió ahí? - Preguntó la chica, buscando una explicación convincente.

-¿Lo de la ventana? Disculpa por eso, pero Aizawa-sensei me advirtió que me la traga...

-¡No eso! – Interrumpió, decidió preguntar de otra manera – Me refiero a lo del gimnasio ¿Por qué me arrojaste? Y sobre lo de la enfermería... ¿Por qué... - Empezó a bajar la voz, a medida que agachaba su cabeza y un carmín aparecía en sus mejillas - ¿Por qué me besaste? – Terminó en un susurró.

Héroe en apuros (IzukuxHarem)Where stories live. Discover now