02·•El color negro•·

Start from the beginning
                                    

—¿Terminaron?—me tiende el cigarrillo, el humo siendo expulsado de su boca ante cada palabra dicha. Me mira con curiosidad a la vez que maldice por el frío, y estoy tentada de apuntar su estúpida elección de suéter, la tela parecía tan delgada que apuesto que un solo jalón está se rompería sin más. Pasó mi lengua por mis labios– sintiendo el frío de estos–antes de tomar lo que me brindaba.

—¿Terminar? Nunca tuvimos nada Yoongi—le recuerdo, con el papel entre mis dedos, inhaló lo suficiente para sentir mi pecho cálido—, a decir verdad, ya lo esperaba.

Una sonrisa cargada de burles se desliza por sus delgados labios, deja salir un «por supuesto» con sarcasmo. Me arrebata el cigarrillo para rápidamente rodear el pequeño cilindro, la ansiedad expuesta por la forma en que sus dedos temblaron con ligeres, era su maldita adicción así que la compartiera conmigo era un milagro.

—Pura mierda, te lo advertí Bae—lo sabía perfectamente pero que me lo recordará me hace sentir como una estúpida, blanqueo los ojos, parecía una broma de mal gusto, un ejemplo tal como de un padre riñendo a su pequeña hija—, aquel estúpido trato los terminó por joder.

Le sonrío con autosuficiencia, me hago un espacio en la pared para recargarme igualmente, nuestros hombros y parte de nuestros brazos fundados en nuestros abrigos se rozaban, pero a ninguno nos molesto. Hacia un frío terrible pero el cigarrillo lo hacía soportable, y como sí fue el ocio más maravilloso, ambos mirábamos con atención la calle, como si está nos diera una gran proyección sobre algo.

—Se acabó el contrato—murmuro aun con el sabor amargo de aquella noche en la que se terminó todo, siento su hombro chocar ligeramente con el mío, acción que me obligó a mirarlo, su mirada seria me hace entender que sabía que algo no andaba correctamente, pero ambos sabíamos que era algo que, ineludiblemente, pasaría en cualquier momento.

—¿Estas bien?—suelto una risilla, era tan poco común ver a Yoongi preocupado por algo, su voz ronca me tranquilizó y supe que podía contarle lo que quisiera sin el temor que fuera de cotilla con los demás, Yoongi odia contar cosas ajenas e incluso las que no, era más bien, la clase hombre que prefiere escuchar que contar.

—No estoy muerta, ¿eso responde tu pregunta?— mi respuesta fue grosera y que sin duda dejaba en claro mi desagrado al tema pero no pareció enojarle mi arrebato de estupidez.

Niega con la bizarra lentitud que tanto le caracteriza.

—Si necesitas hablar de tus mierdas, mi cajetilla y yo te estaremos esperando—suelto una leve carcajada mientras lo miro irse, Yoongi podía ser un cabezón malhumorado pero en el fondo sabía que le encantaba que le prestarán atención.

Suelto un suspiro cansado, despegando mi espalda de la pared de color naranja, me debato sí debería volver o quedarme a fuera hasta que mi última clase este apunto de comenzar, y en otras circunstancias y tiempo hubiera sin duda caminado nuevamente a la cafetería alado de Taehyung y sus «amigos», pero ciertamente, dudo que ahora se este preguntando donde carajos fui.
Vaya mierda, era terrible tener que depender de una persona tanto como lo hago yo con Taehyung, es en estos instantes, que me doy cuenta de lo patética que soy, no tengo amigos aparte del moreno que se encuentra ahora con su novia, Yoongi podría considerarse como un confidente entre humo y cervezas, pero es realmente aterrador darte cuenta que de un día para otro, te encuentras sola.

Una risa amarga e incrédula se pinta en mis labios cubiertos de tinta rojiza, el creciente enojo burbujea en mi estómago como un volcán, era una estúpida, sabía que algún día esto pasaría pero la parte incrédula y esperanzada esperaba que no fuera este el momento.

Friendship rules | kth,jjk (Rules #1)Where stories live. Discover now