Un escalofrió me recorrió de arriba abajo y recordé la extraña sensación que me había sacudido en el bosque, cambie de canal y seguían hablando de extraños ataques y muertes en el municipio, apagué el televisor y puse algo de música. Pillé el libro que tenía encima de la mesita y me puse a leer un poco, fuera seguía lloviendo.

Beli volvió a llamarme y acabé por rendirme a sus peticiones, me levante y tras quitarme el pijama abrí el armario. Cogí un sencillo vestido corto de cuello vuelto y manga larga color morado que se ceñía a mis curvas, me calcé las botas negras y me fui otra vez al baño. Me di un poco de rímel y me marque la línea tras ponerme un poco de sombra de ojos también negra y me mire. Me peine recogiendo cuatro mechones con una pinza y me di un poco de brillo de labios.

Cogí el bolso y baje las escaleras, una vez abajo me eché una ojeada en el espejo. Sonreí satisfecha con el resultado y abrí la puerta, corrí hacía el coche y baje hasta la riera donde aparque. Cuando llegué dejo de llover, apoyé bien los tacones en el asfalto y subí hasta la plaza. Llamé a Beli y entré en la cafetería sonriéndoles.

-Hola chicas.

-¿Tú qué quieres? Hemos pedido de mientras.

-Ah, ahora pido tranqui – sonreí a Noe y me levanté acercándome a la barra y le pedí lo de siempre a la chica, chocolate con fresa.

-No sé como mantienes este tipo, yo me tomo lo que tú y me pondría como una foca – se quejo Laura.

Beli, mi mejor amiga es una chica rubia de pelo largo, alta y delgada, tiene un buen tipo y es un encanto de chica. Sus ojillos son de un tono miel y siempre va bien arregladita al igual que Noe que tiene tipo de modelo, es rubia también pero su pelo es ondulado y sus ojos negros. Lúa en cambio es muy delgada y tiene un pelo largo y negro como el carbón, es alta y tiene unos preciosos ojos azulados. Laura por su parte es castaña y de ojos marrones, tiene buen tipo pero está obsesionada con sus caderas y su culo cuando esta perfecta.

Removí mi bebida y miré alrededor.

-Bueno… ¿y cuál es el plan para esta noche? – sonrió Noe.

-Habíamos pensado en ir a la zona hermética – se encogió de hombros Laura.

-¿Y porque no vamos a Badalona o a Mataró? Así cambiamos…. No  vienen ellos ¿verdad? – volvió a decir la primera.

-Que hagan lo que quieran – la miró Laura - ¿Así que?

-Hombre, yo estoy harta de ir a los mismo sitios… hay que conocer gente nueva – las miró Lúa - ¿Qué dices Alú?

-A mí me da igual pero ya sabéis que la salsa no me va mucho…

-¿Quién pone el coche?

-Yo misma, ya lo tengo ahí fuera – las mire sorbiendo mi bebida por la pajita.

-Vale.

Estuvimos un rato allí hablando y riendo liándola cada vez más y luego fuimos a dar una vuelta, yo me compre una faldita tejana y dejamos las cosas en el coche antes de ir a cenar. Cuando salimos ya con varias sangrías en el cuerpo nos fuimos hacía Badalona, teníamos ganas de pasarlo bien íbamos a arrasar pero yo seguía con la sensación de que alguien me vigilaba. Una vez en los garitos mis amigas fueron desapareciendo tras haber bailado un poco y haber conocido a unos tíos, yo me quede un rato en la barra y volví a la pista. Tenía que dejar de beber ya o sería mejor dejar el coche allí. Salí a fuera y un chico me acorralo contra el muro, no me importo, la verdad es que era guapo me intento besar pero de nuevo sentí esa presencia vigilándome, lo aparte y me dirigí hacía las sombras de la calle donde creía haber visto una silueta, nada. Suspiré mirando alrededor y el mismo chico me cogió del brazo, tenía la cabeza espesa, volví a encontrarme contra la pared, no sé que me dijo pero lo aparté

-Oye tío déjame tranquila – le dije girándome para volver dentro.

Él volvió a cogerme la muñeca, vi una mano ponerse en su hombro y desvié la vista, detrás del otro había un chico que uff… me quede sin respiración. 

Era algo escandaloso, era sumamente atractivo, una especie de aura imponente lo envolvía. Era sensual, irresistible, no sé si era el alcohol o qué pero sus ojos brillaban con tanta intensidad… eran de un verde azulado mezclado con gris iridiscente, salvaje, su pelo era negro y llevaba un jersey que se ajustaba sobre su fuerte torso, tenía la espalda algo ancha, era más alto que yo, y sus labios eran pura provocación. Mi pulso se acelero, había algo en él… distinto.

-Te ha dicho que la dejes – le dijo al otro, su voz era igual de seductora, no podía controlar lo que sentía mi cuerpo. 

El tipo se aparto de él y un segurata me hizo volver dentro, no pude ver nada más pero mi pecho aún latía con fuerza. Busque a mis amigas y a los chicos que habían venido al final con nosotras y salimos. Pregunte al de seguridad por el chico pero no sabía nada, se encogió de hombros y con un suspiro andamos hacía la playa. Me tendí un rato en la arena  para despejarme mientras Noe seguía liada con una modelazo de revista rubio y miré el cielo estrellado sin conseguir apartar de mí mente aquel chico y esos ojos. Me levante dando un trago a la botella de agua y dejando las botas a un lado ande por la orilla, el agua fría me calmo. Era ya de madrugada cuando regresábamos a casa. 

Me metí en la cama tras bajar a Azureus y al cerrar los ojos pude ver aún la cara de aquel chico, al día siguiente creí que sólo lo había soñado. Me arregle poniéndome la faldita que me había comprado el día anterior y baje a casa de Beli. Comimos y por la tarde bajamos al punto de encuentro con los demás. 

Estábamos todos de cachondeo cuando el silencio se hizo en la plaza. Cuatro chicos y dos chicas andaban hacía allí, eran imponentes, tenían algo especial, su piel algo pálida y sus ojos llamaban la atención, no se… era algo difícil de explicar, parecían ángeles por su perfección pero a su vez… tenían un punto aterrador. Entre ellos estaba el chico de ojos verdes, me quede sin aliento.

-¿Y esos? – preguntó Vero.

-No se… dicen que son los nietos del tío ese que tiene tanta pasta, regresaron hace unos días de no sé donde – dijo Noe.

-Joder, están de miedo.

-Sí, pero también se dicen muchas cosas raras de ellos. Son un poco…  no sé. No se mezclan.

-Suena a peli de miedo – rió Lúa.

-Bueno, a mi me recuerda más a la peli esta que vimos el viernes, Crepúsculo.

Yo escuchaba en silencio sin apartar la vista de ellos, el chico de ojos verdes me miró un instante y luego apartó la vista como molesto o nervioso. Un calor terrible me subió por los pies y cuando se pararon en uno de los bancos donde se distribuyeron me acerqué haciendo caso omiso de Beli y Noe.

-¡Alú! ¡¿Dónde vas, pero que haces?!

Ya estaba delante de ellos y uf, que miradas… era para echarse a correr pero no lo hice, me plante frente a ellos jugueteando con mis manos.

-Esto, el otro día… no pude darte las gracias – le mire apartándome el pelo de la cara ya que el viento me lo ponía delante de los ojos.

-No hay de qué.

Le sonreí y miré hacía mis colegas ya que Beli se había acercado hasta mí y me cogía del brazo tirándome hacia ella.  

-Vamos… disculpad a Alú, ya nos íbamos – sonrió forzada.

-Bueno pues… eso, lo dicho, gracias, ya nos veremos – me encogí de hombros y soltándome de Beli volví con el resto que ya se levantaba del banco recogiendo los bolsos.

-Tengo hambre, vamos a tomar algo – me pasó el brazo por los hombros Toni, se lo aparte con delicadeza y nos alejamos de la plaza no sin antes echar una última ojeada al misterioso grupo.

-¿Pero te has vuelto loca?, no te acerques a ellos – me riño Lúa.

-¿Por qué? – la miré sin comprender.

Ella se encogió de hombros y yo me reí aguantando la puerta del bareto para que fueran entrando. 

Golpes del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora