En un mundo donde los Nerds son los más guapos del colegio, los Populares aman estudiar, los lindos son feos y los feos lindos...
Ya saben, lo típico ¿Verdad?.
¿Espera qué?
Ken Walt y Malena Jones, se encargarán de cambiar los estereotipos de Nerds...
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Perdonen la tardanza.
Se me complicó un poco el capítulo.
Pero aquí está para ustedes.
❤Espero que les guste, gracias por continuar leyendo❤
[Ken Walt]
Y allí estaba yo...con Laura. Es decir, después de todo, ella siempre fue una gran amiga y no tenía ningún tipo de rencor hacía ella.
Su hermana Malena, me tenía harto, me costaba creer que esas dos chicas compartían sangre. Pero no estaba en ese parque con Laura solo para pensar en tonterías.
El motivo del encuentro era uno solo.
Adaptarnos al caos que Malena y yo habíamos creado...por accidente.
Quería arreglar mi amistad con Laura. Ella había sido mi amiga durante años y llevábamos demasiado tiempo separados, así que, ¿Existe algo mejor que invitar a tu mejor amiga al parque en la noche, para pedirle que no se separe de tu lado?.
No era mi estilo ser así de cursi, en realidad, era el estilo del Ken Nerd, pero como a él se había perdido...le tocaba al Ken Popular mostrar los encantos que el Ken Nerd le había heredado.
—¿No vas a decirme por qué tienes esos golpes en la cara?— preguntó mientras tomaba una galleta de la caja que yo había comprado.
—Me caí de mi bicicleta cuando venía— mentí encogiéndome de hombros.
—Ah, ¿Y el asfalto te dió un puñetazo en el ojo?— me miró con atención mientras masticaba su galleta.
Me ponía incómodo que quisiera saber la razón de mis golpes, pero lo que me incomodaba más era que no podría mentirle. Era astuta.
Me acomodé en el frío pasto y la miré fingiendo tranquilidad — Fue una piedra, Laura— tomé una galleta y comencé a comerla para disimular un poco más los nervios.
—¿Una piedra te dió un puñetazo?— arqueó una de sus cejas.
—No, Laura— rodé los ojos— Una piedra me dió en el ojo cuando caí.
—Te dió un puñetazo— alegó.
Le di una mirada asesina para que supiera que no estaba bromeando, pero segundos después, soltó una carcajada y fue cuando me di cuenta de que solo me estaba fastidiando.
