Capitulo 5.

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Acababa de despierta y no sabía cuándo mi madre había traído el desayuno, la puerta estaba cerrada, negué mientras me levantaba de la cama y tomaba la bandeja que contenía mi café y unas galletitas.

—¿A qué le temes tanto mamá?— suspiré pesasamente tomando mi café mientras me quedaba sentada en la cama. Toque el bolsillo de mi sudadera y noté que tenía algo ahí, la insignia. —Cierto que uno de ellos me la dió.

Pensé en como haría para entender esa leyenda que tenía atrás. El traductor de mi celular no funcionaba, entonces recordé algo, me levante de la cama y camine a la puerta, al querer abrirla está estaba cerrada.

—por dios..¡Mamá!— exclamé, a lo que escuché pasos en el pasillo.

—¿Si?— me habló del otro lado, yo suspiré.

—¿No puedo estar fuera de mi habitación? Esto es demasiado mamá, hagamos una cosa, en el día yo me quedo en casa y puedo caminar por aquí, en la noche me encierras— miré hacia la puerta, es que ese era un gran plan para así poder caminar por la casa y poder investigar. —¿Qué te parece?

—recuerda que lo hago por tu bien, y no quiero que salgas de la casa— habló y abrió la puerta, yo sonreí y asentí.

—se que es por mi bien— bese su frente y camine hacia abajo yendo al salon, miré la biblioteca que el mismo tenía y tome un libro. —esto puede servir— susurré y sonreí.

—¿planeas aprender árabe?— se paró frente la puerta mientras yo le daba una ojeada al libro.

—tal vez, un pasatiempo para estar aquí todo el día—le respondí y sonreí, caminé hacia las escaleras y subí, volviendo a la habitación, cerré la puerta y me apoye en la misma, vi nuevamente la insignia y me senté en el suelo junto con el libro y abrir el mismo.

Me pase la tarde escribiendo en una hoja de papel lo que se suponía que era la traducción de la pequeña leyenda que tenía el colgante. Una vez que tuve medio mensaje armado me levanté.

—mi espalda— susurré y sentí que alguien tocaba el vidrio de la ventana, me gire y di un salto al ver a uno de los hombres que anteriormente estaban con Valentino en su casa. —dios, casi me das algo.

—valentino me mandó a verte— habló a lo que yo me acerque a la ventana y señalé el cantado.

—mi madre se encargó de que no pudiera salir de aquí— el joven bajo la mirada hacia el candado y luego me miró.

—¿No tienes la llave?— me preguntó a lo que yo negué. —deberas quitársela.

Lo miré y solté un suspiro, caminé a la puerta y busque a mi madre. Pero no la encontré en toda la casa, rasque mi nuca y extrañada volví a subir

—extraño— susurré caminando hacia mi habitación y cuando entre miré hacia le cama, ahí estaba sentado el sujeto. —ahora es el doble de extraño y aterrador.

—la ventana de tu madre no tiene un candado— se levantó hablando de forma burlona mientras camina con la hoja en la que había escrito medio mensaje. —te equivocaste, este signo significa otra cosa, puede que tenga sentido el mensaje pero es algo más profundo— me explicaba mientras daba vueltas por la habitación.

— ¿Por qué tus compañeros han venido?— pregunté dando vueltas en frente de el. —uno trato de matarme sin saber por qué y el otro me subió a un árbol y me quito la insignia queriéndome besar.

—tienen su forma de hacer su trabajo, son diferentes personas— me explicó, yo levanté una ceja.

—¿Y tu forma es venir aquí de la nada por que Valentino te lo pidió y entrar a mi casa de forma misteriosa?— lo miré levantando una ceja, el simplemente soltó una pequeña risa y dejó el papel a un lado.

El Legado.Where stories live. Discover now