capítulo 2.

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Italia, Nesso, Lombardía.
12.30 pm.

Había despertado hacia unas pocas horas, no había podido conciliar el sueño luego de lo de anoche, hasta que de tanto mirar a la ventana parece que me dormí. Suspiré mientras acomodaba las cosas en mi nueva habitación.

-Aixa, saldré a comprar- avisó mi madre quien se asomaba para mirarme.

-claro, yo estaré aquí acomodando todo así qué no te preocupes- le comunique mientras me levantaba y tomaba una percha para colgar ahí uno de mis sacos.

-vuelvo enseguida- sonrió, yo seguí haciendo lo mismo, escuche como la puerta se cerraba, así que una vez sola decidí tomar una ducha. Lleve mis ropas y todo lo necesario para ello. Abrí el agua caliente y espere a que está tomada temperatura para así poder finalmente darme esa ducha que tanto necesitaba.

Al salir luego de unos quince minutos comencé a secarme cuando escuché como la puerta de abajo se cerraba. Me quedé mirando el espejo por unos segundos, inmóvil. Escuché pasos subir la escalera pero estos se escuchaban lentos, como si quisiera que no me diera cuenta de que alguien había entrado a la casa, negué levemente y rápidamente me puse las ropas.

-¿Mamá?- exclamé desde el baño, tome la toalla y abrí la puerta levemente para asomarme. No había nadie, me extrañe demasiado y salí yendo a mí habitación, deje la toalla en una silla y nuevamente caminé hacia el pasillo. De forma lenta camine hacia las escaleras para asomarme y ver hacia abajo. No vi nada, pero juro haber escuchado como alguien subía por las mismas mientras estaba en el baño. -¿Mamá eres tú?

Volví a asomarme pero al hacer esto alguien tapo mi boca desde atrás. Mis ojos se abrieron muchísimo y mi corazón comenzó a latir de forma feroz, tome la mano de aquel sujeto e intente quitarla de mi boca, pero era imposible, tenía más fuerza, a lo que no se me ocurrió más que pisar uno de sus pies y al mismo tiempo morder su mano.

-agh.- escuché el sollozo de un hombre, me gire y me puse en posición de defensa. El mismo luego de mirar su mano, levantó su cabeza, note que como el visitante de ayer en la noche, este tenía un traje parecido color blanco y utilizaba una capucha que cubría parte de su rostro.

-no se quién eres, ni que quieres, pero te sugiero que te vayas si no quieres que te duela algo- lo señalé mirándolo, este abrió su palma y una cuchilla apareció, miré eso y luego a el, solté una risita para luego bajar por la escalera rápidamente, escuché como el sujeto caía detrás de mí, a lo que supuse que había saltado, miré hacia atrás, este se acercaba de forma amenazante, solté un grito y corrí a la puerta, pero está estaba cerrada. -¡Esto debe ser broma!

Miré hacia una ventana y corrí hacia la misma, la abrí y sin dudarlo salí corriendo, sentí pasos detrás de mí y cuando mire pude ver que este me perseguía saltando por los árboles.

-¿De qué demonios están hechos los hombres de hoy en día?- exclamé saltando por uno de los muros que dividía las casas. Finalmente llegue hasta el lago, no había donde mas ir.

Mira hacia los lados y pensé en que hacer, me gire y Vi a ese sujeto nuevamente. ¿Qué se supone que tenga que hacer? Estábamos en la cima de una cascada y yo sinceramente no quería tirarme al agua, Vi que este se acercaba y la cuchilla volvió a salir de lo que parecía su guante.

-¡Quédate ahí o me tiró!- amenacé con arrojarme, caminé un poco más hacia atrás casi perdiendo el equilibrio. Aixa esto es un locura. Miré hacia abajo, era lo bastante alto como para que me doliera si caía de estomago.

-no tendrías el valor para hacerlo, como todas las mujeres de tu familia, abaid.- el sujeto habló, yo me gire a verlo.

-no tienes idea de lo que soy capaz de hacer- le respondí mientras lo miraba y fruncia levemente mi entrecejo.

El Legado.Where stories live. Discover now