Vuelve a ser una niña. Ríe como una niña y se comporta como una niña.
Dejadla, no está loca: es feliz.
Y con ello vuelve a ser igual de frágil, sabiendo que los brazos que hoy la rodean no la sostendrán siempre, y tendrá que volver a crecer, con todo el valor que ello implica:
Dejar de creer en los "sinsentido" para encerrarse en los límites de la imaginación;
cambiando sonrisas por anhelos que despierten los ecos de su propia ausencia.
Como duele no sentirse cerca.
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Donde los pájaros no cantan.
PoetryDel dolor a la inspiración hay un paso... y muchos escritos.