Heaven Knows I'm Miserable Now (ZoSan)(CrocoSan)

I Know It's Over

Aquel hombre mayor no lo trataba con ternura ni consideración, Sanji lo sabía, se lo había advertido desde el principio. El rubio solo estaba esperando a que el mayor rompiera su corazón de una manera inigualable,

¿Por qué?

No quería seguir odiando a Zoro por haberlo decepcionado y darle la espalda, sería más fácil para su alma sentir aborrecimiento por alguien mas que no sea su amado peliverde.

Sin embargo, no resultaba tarea fácil, aquel hombre siempre le dejó en claro sus intenciones, cada vez se lo recordaba, si él quería seguir aguantando sus humillaciones y maltratos seria problema del rubio y no de él.

Sanji aun permanecía enredado en las sabanas de aquel hombre mayor, estaba agotado pues esa persona sabia como hacer bien su trabajo de amante.

—Levántate, es hora de que te vayas...Mi esposa llegara en dos horas...—Le ordenó, ni siquiera se lo pidió con un intento de delicadeza.

Le sacó las frazadas y sabanas de un solo arrastre, el rubio se removió en la cama refregando sus ojos y bostezando.

—Dos horas es bastante...Tengo mucho sueño, ayer vine corriendo cuando me citaste ...—Mencionó esperando alguna ligera seña de compasión— Cuatro de la mañana—

En vez de sentir pena por el muchacho fue a buscar un jarro con agua helada a la cocina , seguido de eso, se lo arrojó a Sanji dejándolo empapado.

El joven e un sobresalto abrió los ojos sintiendo como el frio se apoderaba de el .El hombre mayor lo quedo mirando con una mueca de "te lo advertí".

—Mi esposa llega en dos horas—Reiteró. —Así que vete—

Sanji puso cara de odio, ¿Por qué aquel hombre debía ser tan indiferente con él?

—Claro, me llamas a media noche y ahora me echas como si yo fuera tu mascota...—

—Oh dios, no te compares con una macota, estas tienen más dignidad que tú...—Le mencionó fingiendo gravedad— Además jamás podrás estar a la altura de mi esposa, ella es primera prioridad—Dejo en claro y eso Sanji ya lo sabía.

Sanji tragó saliva, a pesar de todos los insultos, humillaciones ¿Por qué ? ¿por qué?...¿Por qué no podía odiar a este idiota más de lo que odiaba a Zoro?... Eso le dolía bastante, no poder deshacerse de aquella herida, y es que Zoro lo había destruido en el pasado cuando se habían jurado amor eterno. Que iluso fue Sanji.

—Si tu esposa te hace tan feliz ¿Por qué te acuestas con migo entonces?—Le reprochó mientras se vestía.

—Veras...Tu no me haces feliz ,solamente me provocas placer momentáneo. Ella por su parte, me ha hecho el hombre más afortunado por unos largos veinte años...—Habló con toda normalidad—No hay punto de comparación entre a un simple fetiche versus mi razón de vivir—

El rubio terminó de colocarse sus prendas al fin.

—¡Entonces puedes irte al demonio ,Crocodille!—Le gritó.

El joven se marchó dando un portazo. Que manera de iniciar un nuevo día.

—Los niños de hoy en día no tienen modales—Susurró el mayor moviendo la cabeza de lado a lado en un gesto de desaprobación.

Sanji llegó al colegio tarde ese día...

Odiaba tener que llegar al salón después de que todos ya estuvieran ahí, el rubio se sentía paranoico en aquel salón, sentía como si la gente murmurara por su presencia, el rubio envidiaba a los marginados de aquel establecimiento, ellos podían pasar desapercibidos por donde anduvieran en cambio él no.