EXTRA - Stony

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Tony sostiene la tablet sobre su regazo viendo los códigos numéricos pasar mientras los datos se recopilan, un balbuceo infantil y un par de comentarios por parte de sus compañeros, en los sillones a lo lejos, que no alcanza a oir lo hace arquear la ceja pero al instante lo ignora, está demasiado ocupado y luego de su inconsciente despliego de emociones en el ataque de risa que le invadió hace unos momentos no vuelve a decir nada más para mantener las apariencias.

Natasha revisa su teléfono cuando este vibra y con una mirada hacia Bruce ambos salen de la salan, ella en completo silencio y el doctor se excusa sutilmente, quedando solos él, Steve y el niño en los brazos del rubio.

El pequeño parece encantado con el rostro del capitán y pasa sus manos diminutas por toda su cara a veces apretando la nariz del mayor o sobando su barba. Tony alza la mirada justo cuando el bebé se acerca hacia Steve y lo muerde levemente en la punta de la nariz sacandole una risa al rubio.

Tony siente un extraño calor bajar por su garganta e inundar su pecho debido a la escena, ya no presta atención a los datos en el aparato electrónico ni a la pequeña señal roja en este que indica a un visitante no identificado llegar al reino donde están. Tan solo se queda embobado con toda su atención puesta en la risa suave de Steve y la chillona del infante.

Claro, el gran Capitán América también tenía que ser un ángel con los niños, como si no fuera lo suficientemente maravilloso ya. Con ese cuerpo de ensueño, su hermoso rostro, su cabello rubio tan brillante, esos dientes perfectos que quería golpear.

De un momento a otro el bebé vuelve a inclinar su rostro hacia adelante y esta vez captura la mejilla de Steve entre sus fauces, al principio Steve sonríe nuevamente mientras los pequeños balbuceos se agolpan contra su rostro pero luego siente al pequeño apretar aún más sus mandíbulas mordiendolo esta vez con fuerza.

Intenta apartar al niño pero este se agarraba con fuerza a sus cabellos, intentó aflojar los pequeños agarres en su pelo con suavidad, por más asgardiano que fuera el infante seguía siendo un bebé y el correctisimo capitán no iba a maltratar a un bebé. El pequeño aumentó la fuerza de su mordida haciendole soltar quejidos de dolor que resonaron por todo el salón.

-¡Hey, hey! ¡Quieto ahí, pequeño Beach boy!- Tony dejó de lado todo y se acercó con rapidez a ambos rubios y sin pensarlo dos veces se dispuso a ayudar al soldado.

Con ambas manos apretó las mejillas regordetas del menor y lo apartó de Steve a quien quedó con una gran marca en el rostro. Tony se agachó hasta la altura del pequeño en el regazo de Steve y le miró desafiante.

-¿Qué diría tu padre si te viera asiendole eso a un héroe de guerra, eh? No le diré a tu madre porque estoy más que seguro que él estaría orgulloso...- Le dijo con reproche mientras movía su mano en señal de desaprobación.

-"Solo yo puedo lastimarlo, ¿ok?"- Quiso decir.

Steve miró con asombro como Tony parecía haber olvidado toda distancia que antes los separaba, una leve risilla se le escapó de los labios al ver al genio intentando razonar con un bebé, gesto que pareció contagiar al castaño pues el sonrió sutilmente mientras aún observaba de forma inquisidora al hijo del Dios.

Stark acercó su mano al pequeño rostro y apretó suavemente su mejilla, y le sorprendió de sobremanera cuando el bebé intentó morderle por lo que le dedicó una mirada falsamente indignada. La estridente risa de Steve le llenó el cuerpo nuevamente con esa agradable sensación de calidez por lo cual su sonrisa se amplió mientras lo observaba de reojo.

Cuando Thor llegó de entre los pasillos de las habitaciones con una extraña mezcla de cansancio pero plenitud en el rostro Tony tuvo la tentación de soltar un comentario indiscreto sobre el tiempo de más que había pasado encerrado con Loki en su cuarto.

Pero cambió de idea al final y en lugar de eso se sentó junto a Steve innecesariamente cerca uno del otro tomando en consideración lo grande que era el sofá donde estaban, pero eso parecía no importar ahora.

Y sin duda importó menos al sentir los dedos de Steve rozar los suyos disimuladamente cuando ambos apoyaban sus manos en el mismo lugar en los cojines. Ambos sonrieron sintiéndose tan cómplices como hacía mucho tiempo no se sentían.

El nuevo brillo del sol - Thorki Where stories live. Discover now