Antes... Hace tiempo...

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Todo se le juntaba, a penas tenía 8 años, era pequeña, no? Pequeña para sufrir tanto. Pequeña para que tanto dolor pudiera caber dentro de ella, y realmente no cabía.

Se encontraba llorando por la agonía que aturdía su cabeza. Sola, como siempre, en su habitación esta vez, sobre la cama. Lloraba sin contenerse pues, aunque su madre la oyera no se preocuparía por ella, nunca lo hizo.

Su agonía se debía a los muchísimos problemas que tragaba sobre el divorcio de sus padres; el favoritismo de su madre hacia su hermana y; sobre todo, hacia una misma persona: Momo.

~Momo~
                                                     ~Momo~
                        ~Momo~
~Momo~
                                           ~Momo~   

Su nombre sonaba tan irreal para sus oidos.

Momo era una amiga que conoció al llegar a su actual colegio, era tan maravillosa, por no decir perfecta. La admiraba y quería tanto, solo quería estar con ella. Pero, por alguna razón, jugaba con sus sentimientos, inconscientemente, pero eso nuestra pequeña Mina no lo sabía, y se sentía tan mal.

Había encontrado en Momo un apoyo para superar sus problemas en casa y, después de tanto que han pasado juntas, va y la ignora, como si hubiese hecho algo malo. La pequeña sentía que fuese mierda, era demasiado sensible, demasiado frágil.

Poco le quedaba por hacer, se conformaría con llorar, aunque ahora mismo, se cuestionaba por qué seguía respirando, si solo respiraba dolor.

Entre una flor, y ella.Onde histórias criam vida. Descubra agora