Juntos,todo se puede.

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—Hermano... 

Se escuchó por parte de Jacob, que se acercó a él, como nunca el magizoólogo se abrazó al muggle, se abrazo con fuerza mientras lloraba. Las chicas que veían la escena no pudieron evitar sentirse destruidas, era fuerte verlo así. 

—Amigo, te juro que yo no sabía que estaba embarazada, la hubiera cuidado. No hubiera dejado que hiciera todos esos ensayos en la MACUSA.

—Amigo, yo lo sé.  –Lo tomó por los hombros.– Yo sé, que ninguno de los dos quería esto, ustedes se aman, tal vez no era el momento, nadie dice que no tengan a futuro.  Hermano, ahora deben apoyarse, eso hace una pareja, se queda hasta el final, si hay amor todo es posible. 

—Gracias Jacob. 

Se volvieron a abrazar, en tanto estaban llegando Aaron y Kama haciendo levitar las tazas desechables con sus varitas, observaron la escena pero se quedaron en silencio, solo repartieron lo que traían.  Natalie quien se paró de su puesto para estar junto a Kama comenzó a charlar con él y Aaron aprovechó para sentarse al lado de Abigaíl, antes entregó el bebestible a Newt y Jacob.  

—Disculpe Sres. Scamander, Kowalski. Les traje té.  –ofreció las tazas.– ah y, Sr. Scamander, traje una botella de agua para su novia, ya que ella por el momento no puede beber cosas calientes. 

—Gracias Aaron, quien hubiera pensado que serias de gran ayuda. De verdad te lo agradezco, eres un gran chico.  –Newt levantó su mano y la estrechó con el joven mago.

Jacob se sentó en el piso al lado de su amigo, no lo dejaría solo.  Y Queenie, al ver lo que pensaba Aaron se levantó de su silla y fue a sentarse junto con su cuñado y Jacob.  

—Abigaíl, te traje esto.  –sacó una bolsa de dulces de su bolsillo.– Son dulces muggle's, mamá me los compraba cada vez que sufría algún accidente, raramente, mis primeros años de infancia me llamaba más la atención una bicicleta muggle que una escoba. 

Abigaíl los recibió con una sonrisa leve en sus labios y curiosa, preguntó.

—Gracias Aaron.  Pero, les dices muggle's, acaso, ¿eres inglés?

—Lo soy, mamá esta enferma y vine a trabajar a Nueva York, papá está acá, es un Squib.  Estuve a punto de terminar mis estudios como medimago, pero tuve que cuidar a mamá, por eso soy mesero y aveces vengo a ayudar acá. 

—Así que eres interesante.  –comentó juguetona la joven bruja.

—Si tú lo dices, puede que si.  ¿Te gustan los interesantes? 

—Algo.

—Pues entonces soy bastante interesante. 

Abigaíl soltó una leve risa que llamó la atención de su hermano, pero este no dijo nada, solo le dedicó una sonrisa algo débil. 

—Permiso, entraré con Tina. No quiero dejarla sola. 

Los demás asintieron dándole el pase para que fuera con tranquilidad nuevamente donde su novia, el magizoólogo tomó su taza desechable y la botella con agua. Dejo la botella y el té en la mesa e hizo un hechizo para agrandar la camilla y con delicadeza se recosto nuevamente al lado de su novia, se dedicó a observarla, como nunca antes ,se veía cansada, pálida, no le gustaba verla así, se sentía a morir. 

—Querida Tina, quiero que sepas que eres mi vida, mi luz, mi ojos de salamandra, eres esa Auror que alguna vez me detuvo y me detuvo del corazón, arrancaste todo mal recuerdo de mí, me diste nuevas esperanzas y tranquilidad. Tina yo te amo, te amo bruja. No te lo había dicho antes, siempre te lo discutía para hacerte enojar, pero sabes controlar muy bien a mis criaturas. Eres especial, eres única, eres perfecta. Por Merlín, soy el mago más feliz del mundo por tenerte a mi lado. Te digo todo esto, porque no quiero que te culpes por lo que nos pasó, porque no, esto no te pasó solo a tí, nos pasó a los dos, Tina, nunca te voy a dejar sola.

La observaba dormir, se veía tranquila a diferencia de como se había dormido pues ya no tenía el semblante fruncido. 

—Porpentina Esther Goldstein, te amo demasiado. 

Le puso una mano en la mejilla, con suavidad para no despertarla.

—Yo también te amo Newton Scamander. 

El mago inglés abrió los ojos, un poco sorprendido, luego le regaló una sonrisa suave. 

—¿Escuchaste todo verdad?...  Lo supuse, eres mala actriz. 

—Sí. Y no, puedo ser buena en todo. 

Se quedaron mirando por un momento, ambos con una pequeña sonrisa en sus labios, buscando darse tranquilidad el uno al otro.  Y es que eso hace el amor, eso consigue cuando es real, cuando es puro.  Newt se acercó con lentitud a Tina y le besó la frente, los párpados, la nariz y por último los labios. 

—Cariño, te lo vuelvo a repetir, no fue tú culpa. 

—Querido, pero es que...

—Shh...  Silenció, ven solo abrázame.  

Tina se acercó un poquito a él y se acurruco entre sus brazos, su lugar preferido. 

—Además, nadie dice que no lo intentemos de nuevo. 

Comentó un esperanzado pero juguetón Newt. 

—Pero, ¿quieres ser padre? 

—¿Porque no? ...  Claro que sí, sobretodo si es contigo. 

—¿Seguro?, ¿no te molestaría?

—Por supuesto que no, tener un bebé y luego casarnos, en Dorset.

—¿En Dorset? ...  Sigues con eso, amor.

—Es que Tina, una vez que vayas no querrás volver, te lo aseguro. 

Newt le beso la frente y la acercó otro poquito a él.

—No lo dudo.  Así que, ¿quieres que sea la Sra. Scamander?

—Sr y Sra Scamander, lo adoro. 

—Sra y Sr Scamander, me encanta. 

Newt soltó una pequeña risa, Tina ya volvía a ser ella, de a poco, pero ella. Siempre buscando una pequeña riña, para después proclamar al ganador de una guerra de besos. 

—Sabes que no puedes ir tú primero si el apellido es mío, ¿cierto?

Dijo el mago, divertido. 

—Entonces no me caso. 

Tina soltó una leve risa, mientras se escondía en el cuello de su novio, envuelta en su aroma a tierra mojada, ropa limpia y su perfume. 

—Eres exquisita, bruja. 

El mago la afiato más a su agarre mientras le acariciaba la espalda, la pareja se quedó ahí, conversando de tonterías para poder sobrellevar el momento, pero entre eso, se hicieron una promesa...  Ser padres sería una meta. 

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Gracias mil por leer💖
de a poco mejoran las cosas.

•Conociendo el amor• [NEWTINA] Where stories live. Discover now