╋ 6 ╋ Sospechas Aisladas

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Dos suicidios desde que llegaron Los Steins, no quería especular pero, ¿Era coincidencia? ¿Qué era lo que estaba pasando? Pilar y Sofia no eran chicas solitarias, ni de semblante triste, ¿Por qué harían algo así? Claro, que tal vez, lo que habíamos presenciado en la iglesia no era todo el panorama, quizás ellas estaban pasando por algo de lo que nadie nunca se enteró.

Yo sabía mejor que nadie los grandes secretos que se podían guardar a puerta cerrada, yo cargaba con uno inmenso también.

—Solo espero que el Altísimo tenga misericordia de ella.

—Que así sea.— Carter se pasó la mano por la cara y luego el cuello, las ojeras clara bajo sus lindos ojos.

—Te ves cansado.

—Mis padres se enteraron a media noche y fuimos a la casa de Sofia a darle apoyo a sus padres y a bendecir su alma mientras esperábamos por la funeraria. No he dormido nada, aún no me lo creo, Leigh.

—Lo se, creo que mucha gente aún esta asimilando todo esto.

Comenzamos a caminar de nuevo para la iglesia.

—¿Tú cómo estas? En un nota menos trágica, mi madre me contó que tu cumpleaños es pronto, serás la líder de las iluminadas, ¿No? Felicidades.

—Gracias.— le di una sonrisa de boca cerrada, —aunque todo este asunto lo opaca todo.

—Lo harás muy bien, Leigh.

—Eso espero, poder servirle al Altísimo y a nuestra comunidad como debe ser.

Al llegar a la puerta de la iglesia, Carter se giró hacia mi, lamiendo sus labios antes de hablar.

—Sé que este es el peor momento pero me preguntaba si un día de estos, ¿Te gustaría ir por una malteada conmigo?

El calor se apresuró a mis mejillas de inmediato.

—Eh, yo... tendría que preguntarle a mi madre, ya sabes como... es ella.

Él asintió.

—Lo se, y pienso ir a tu casa y pedirle permiso personalmente. Creo que la Sra. Fleming lo preferiría de esa forma, pero antes de hacer eso, quería saber si tu querías.

—Si, por supuesto.

Una sonrisa se expandió por su lindo rostro y dio la vuelta para adentrarse en la iglesia dejándome en la puerta. Suspiré, recordando la sonrisa amable de Sofia, y le eché un último vistazo a su tumba en la distancia. Sin embargo, mis ojos captaron movimiento, arrugué mis cejas cuando lo vi.

Él iba de pantalones negros, camisa abotonada y chaqueta del mismo color. Su cabello negro alrededor de su rostro inexpresivo, todo eso negro hacía resaltar su piel.

Frey.

¿Qué estaba haciendo él aquí?

Di unos cuantos pasos para ocultarme detrás del árbol a un lado de la iglesia, la distancia entre nosotros no era demasiada, así que podía verlo con detalle. Sus ojos estaban enfocados en la tumba de Sofia y se detuvo frente a la misma. Fue entonces cuando noté la rosa roja en sus manos.

Frey se inclinó para colocar la rosa sobre la lapida de Sofia, y se quedó ahí de pie, sin moverse. Quisiera decir que había algún tipo de expresión en su rostro pero no había nada, ¿Por qué había venido? ¿Conocía a Sofia? ¿Y si era así porque no se veía triste en lo absoluto?

La brisa fresca volvió a pasar por mis brazos, aunque llevaba un vestido negro de manga larga, la tela era demasiado fina para este clima. No era mi culpa, el clima de Wilson era demasiado inestable. Necesitaba entrar al calor de la iglesia y estaba a punto de hacerlo cuando la campana de la iglesia sonó anunciando el inicio del servicio y eso llamó la atención de Frey quien se giró en mi dirección. Me oculté detrás del árbol rápidamente, mi corazón acerándose, esperaba que no me hubiera visto.

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