Vacaciones

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Ya eran las seis de la mañana, y lo primero que Lash oyó al despertarse fue el molesto sonido de la alarma entrando por sus oídos y penetrando incesablemente su cabeza. Aquella semana había vuelto a cambiar la alarma, reemplazando Abuse Me por Fasstairs, pero sin importar que canción pusiese todas terminaban por hartarla.

En todas las personas es frecuente el odiar levantarse temprano, aunque en esa situación ese odio se volvió mucho peor cuando al levantarse para apagar la alarma y revisar la fecha se dio cuenta de que era sábado, y recordó que las clases habían acabado el día anterior. Irritada se apresuró a apagar la alarma de ese día y de todos los demás, tras lo cual arrojó el móvil con fuerza a la cama.

          —Que buena manera de empezar el mes —se dijo a si misma con sarcasmo, mientras comenzaba a cambiarse de ropa de mala gana. Sabía que una vez despierta no podría volver a dormirse aunque quisiera, y esa era una de las tantas cosas que odiaba de ella misma.

Con tan solo trece años Lash Lightblue era la persona más antipática y odiosa de su familia, y probablemente de su escuela. El principal problema que tenía era la agresividad natural con la que solía responder algunas veces, lo cual sumado al poco interés que ponía para conservar relaciones y a su alejamiento de las personas le impidió desarrollar alguna amistad.

Una vez la joven estuvo vestida tomó su celular y bajó hasta la cocina, donde no esperaba encontrarse con nadie. Sin embargo ella no era la única que se había olvidado de apagar la alarma, y así lo descubrió cuando escuchó los pasos de su hermana detrás de ella.

          —Buenos días, Lash. 

          —Cállate.

Hazz Lightblue era un año menor que ella, pero en más de una ocasión parecía que era al revés. Tanto en cuestiones académicas como en situaciones de presión la menor siempre la superaba, y esto solo servía para frustrarla incluso más.  Sin embargo aunque sus personalidades eran opuestas ambas eran muy parecidas físicamente, tanto en la forma de sus caras como en sus brillantes ojos color miel.

          —¿Te enteraste de lo de Crystal? —le preguntó su hermana a Lash, mientras se servía leche en un tazón.

          —No, ni me interesa. Sabes que todos esos chismes escolares no afectan en nada a mi modo de vida, y aunque lo hicieran tampoco conozco a Crystal como para poder entender.

          —No es una chica... Bueno, ya te contará mamá —respondió misteriosa Hazz, agregando cereales al tazón y sacando una cuchara.

           —Supongo —contestó esta, sin prestar mucha atención realmente.

Una vez ambas hermanas desayunaron la más pequeña se dirigió al escritorio para leer, mientras que Lash permaneció acostada en la cocina. En ese momento no tenía ganas de caminar hasta su habitación, y el lugar no importaba cuando no tenía nada que hacer. No obstante se arrepintió de esto cuando vio bajar a sus padres, y supo que querían hablar con ella.

          —Buenos días, mamá... ¿Necesitan algo?

          —Para empezar, que dejes de dormirte en las sillas. Por algo te compramos una cama —contestó su padre, con un dejo de enojo en su voz.

          —No estaba durmiendo —se defendió ella, mientras se volvía a sentar. Podía notar la mirada de sus dos padres encima, y como la paciencia no era lo suyo no pudo quedarse callada por mucho—. ¿Van a decirme lo que pasa o tengo que adivinar?

Al oírla hablar así su padre soltó una mirada amenazante, pero su esposa lo interrumpió antes de que pudiera decir algo.

          —¿Lash, que planes tienes para estas vacaciones? 

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⏰ Last updated: Jan 28, 2019 ⏰

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Crystal: El Campamento Para ChicasWhere stories live. Discover now