-El desayuno estuvo delicioso.-Decía el más alto, tocando su abdomen y tomando luego de su café.
-Algo...-Ambos caminaban a la floristería, disfrurando el café recién comprado por el amante de loa girasoles.
Yoongi llegó al punto que ignorar al chico era la mejor opción, algunas veces era algo molesto haciendo cosas para amar su atención, pero ya saben "si no puedes con ellos, úneteles" o sólo ignoralos.
-Hyung, estaba tan emocionado por salir contigo.-El chico sonrió. -Mi corazón palpitó tan rápido, pensé que moriría.-Dijo dramático, tocando su pecho.- Quería traerte un regalo... flores para ser específico, pero luego recordé que trabajabas con flores. Que tonto- Muy tonto, para Yoongi.
Y el camino se hizo largo para el chico flor, ya que, su acompañante no dejaba de hablar y decir lo lindo que era el de menor estatura. Llegaron a la floristería y allí Taehyung conoció al padre de pálido, quien había llegado de un viaje reciente.
-Me alegra de que mi hijo pase tiempo con su amigo.- ¿De verdad el pequeño gruñón es hijo de estos ángeles?- Deberías regresar a casa hijo, ayudaré a tu madre desde ahora.
-Gracias papá, adios.-Y sin decir más el chico desapareció, dejando al parlachin chico pensativo.
¿No vería más a Yoongi?
-¡Hyung, espera!- El llamado suspiró.
-Iré a mi casa, ve tú a la tuya ¿bien?-Una falsa sonrisa apareció en el rostro de Yoongi.
-T..te acompañaré.
-¿Eres un acosador?-El contrario negó.
-Sólo quiero cuidar de ti.-Algo en el interior de Yoongi se revolvió. Ganas de vomitar por tan cursis palabras o tal vez todo lo contrario.
-Eres extraño.
Y al chico flor le molestaba que todo fuera así... extraño.
