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― Mira, Satsuma, ven aquí... ― dijo un anciano con rasgos asiáticos a un joven que aterrizaba junto a él en un pequeño muelle de metal, retrayendo las alas de nylon de un traje volador. El anciano miraba al cielo negro, profundo y estrellado al otro lado del domo.

― Dígame, padre.

― No vamos a vernos más, pero quiero que recuerdes siempre esto, hijo mío: El universo está siempre dentro de nosotros. Allí a dónde tú vayas, siempre estaremos nosotros. Cada vez que mires las estrellas, recuérdalo. ― El anciano le entregó una pequeña y delicada flor rosada, la cual flotó ingrávidamente sobre la mano de Satsuma. ― Sé que lo vas a lograr.

El joven miró el cielo, ensimismado y una lágrima pequeña brotó en sus ojos, mientras su padre ponía una mano en su hombro. Era un individuo con un fuerte apego a la Tierra, a pesar de ser un piloto del espacio, él jamás había salido del SST (Sistema Solar Terrestre) y nunca había perdido comunicación con su familia, por lo que iba a ser verdaderamente difícil. Ese era el último momento que compartiría con su padre, mirando hacia el vacío del espacio, en una pequeña colonia de la Armada apostada en el lado obscuro de la Luna.

La nave partiría desde la Luna, donde se encontraba la primera colonia humana fuera de la Tierra, donde mucha de la gente se despedía de sus seres queridos para siempre. Aquel era el borde que llevaba al infinito. 

Luego, el Arca Génesis IV llegaría a Marte para reabastecerse y finalmente alcanzaría Titán, donde la tripulación mecanizada tomaría el mando de la nave, para que así los humanos encargados de la misión entrarán en animación suspendida, hasta llegar a Próxima Centauri b, el planeta habitable más cercano, a 4.22 años luz de distancia. 

De lograr una colonización allí, estarían abriendo las puertas a una exploración más amplia de la galaxia. Tardaron siglos en crear una nave que podría hacerlo posible en una cifra menos alocada: 100 años. Con la tecnología de un siglo atrás, hubieran tardado millones de años en llegar y cualquier cosa que estuviera en la nave, ciertamente ya no valdría para nada. Una vez hallada la manera de utilizar laenergía del punto cero, se hicieron cuatro prototipos de Arcas Génesis para ser enviadas a distintos puntos de la Zona de Habitabilidad de la galaxia.

Aun así, serían despertados de la animación suspendida poco antes de llegar, así los descendientes de la primera tripulación disfrutarían de la colonia que estaban por construir en el pequeño planeta de Próxima Centauri b.

Podríamos imaginar que aquellos individuos con mejoras mecánicas serían buenos candidatos, pero los humanos a veces son algo puritanos, y querían una colonia de "humanos puros", gente con un mínimo de mejoras mecánicas y buena genética, por lo que se buscaban de preferencia a aquellos que tenían experiencia en vivir en las colonias.

La tripulación de la Génesis IV era particularmente especial. La mayoría, aunque vivía en colonias, había nacido en la Tierra, aquel hermoso zafiro flotante del espacio, donde solo unas cuantas colonias sobrevivían, ya que había zonas con unclima tan drástico que era difícil que la vida se diera allí. Si hubo avances encolonias espaciales fue gracias a que estos climas sustentables se gestaron en la Tierra agonizante.

La familia Kajiwara era sobresaliente gracias al mantenimiento y crianza exitosa de ciertas especies animales y vegetales, por lo que era muy conveniente que el único vástago de esa familia fuera también el mejor piloto de la Flota de la Armada Espacial - Terrestre. En la nave, le fue permitido llevar algunas de estas especies, cuidadosamente seleccionadas, para que él cuidara de ellas y las hiciera florecer en el nuevo hogar. Éstas también serían puestas en animación suspendida, y si eso no funcionaba, llevaban suficiente material genético para intentar clonarlas.

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