Fruncí el ceño y rodé los ojos dándome cuenta de que aún no se lo había contado.

Marina estaba viva: Me lo repetía 1992 veces por minuto y aún no se lo había dicho.

Negué con la cabeza y solté una risilla al recordar que mi hermana estaba viva y riendo.

La verdad es que seguía sin creémelo.

-Natalia, sé que sonará raro... Pero a ver... Bueno, será mejor que nos sentemos.

Mi novia asintió con preocupación en su rostro y buscamos el bar más cercano.

El lugar era el típico café familiar que hay en todas las ciudades; con el olor a fritanga y señores mayores jugando a las cartas mientras veían el fútbol.

De fondo se oía levemente el principio de "Toxic", Britney Spears.

Tampoco me fijé mucho más en el sitio pues mi mirada ahora solo enfocaba el rostro de Natalia con una sonrisa torcida.

-A ver Natalia... -Agarré su mano por encima de la mesa.

-¿Qué quieren para tomar? -Interrumpió un camarero de unos 40 años.

-Yo nada, gracias. -Respondí y volví mi mirada a la pelinegra para ver que pedía.

-Tiene que consumir algo o se va a un puto parque a hablar, hombre ya. Malditos jóvenes... Aún encima estáis de la manita, esto aquí no se consiente eh. -Observó nuestras manos entrelazadas.

Nunca entenderé por que en dos manos yo veía tanto amor y el veía tanto reproche.

-Pues traiga un puto café descafeinado, y le agarro la mano si me sale a mi del coño tan bonito que tengo. -Le lancé una mirada asesina y el camarero se fue a preparar los cafés no sin antes murmurar algo inaudible para nosotras.

No todo el mundo iba a ser tan amable como en "La esquina del 92" o el "33/45". Pero un mínimo de educación hacía falta.

Y seguramente el café sabría a mierda, nunca me había gustado aquel líquido, pero no se me ocurrió otra cosa.

Miré de nuevo a Nat y le sonreí más tranquila.

-Vaya fiera estás hecha Reche, me gusta esta versión. Y qué decías, ¿Que tienes el coño muy bonito? -Rió quitándole hierro al asunto.

Pues no me importaría que lo corroborara...

Reí junto a ella pero recordé que tenía que contarle lo de mi hermana.

-Bueno, verás... -Inhalé- Marina no está muerta. Estuvo en coma, salió hace dos meses... No sabemos por qué nuestro padre mintió de esa manera, pero estoy pensando que incluso pudo mentir en cuanto a la muerte de mi madre... No sé, igual le gusta dejar a gente en los hospitales sin dar explicación.

Hablé todo sin mirar a Nat, miraba para el suelo mientras movía mis manos exageradamente.

Levanté la vista y observé que mi novia me miraba sorprendida, con una ceja levantada para luego formar una enorme sonrisa en su cara.

-P-pero eso es genial, joder Alba. Que Marina está viva. -Elevó el tono de voz feliz- ¿La viste ya?

-Si, y ahora es tu cuñada. -Reí- Luego si quieres vamos juntas a verla.

Una sonrisa perfecta apareció en su cara y asintió.

El camarero apareció de nuevo y dejó las tazas sobre la mesa con mucha fuerza. Tanta fue que el líquido de su interior salió disparado hacia la camiseta de Natalia empapándola.

En este banco || AlbaliaWhere stories live. Discover now