33/45

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Narra Alba

-¿En qué local canta Nat? -Cuestioné al catalán, que se encontraba preparando unas tostadas.

-En el 33/45, está por el centro, si quieres te llevo, mi curro está cerca de ahí también. -Dejó el plato con las humeantes tostadas sobre la mesa.

-Si, antes de que se despierte Natalia, así le doy una sorpresa. -Sonreí triunfante llevándome un trozo del pan a la boca hasta que terminé -Me visto y vamos, y no hagas ruido que el bebé se despierta.

Me levanté de la mesa rápidamente y volví a la habitación donde la de Pamplona seguía durmiendo plácidamente.

Me quedé embobada mirándola.

-Coño rápido. -Exclamé al recordar que tenía que vestirme.

-Coño la ropa. -Volví a exclamar al ver la mía sucia tirada por el suelo de la habitación.

-Bueno... -Me mordí las uñas observando el armario de la pelinegra- No creo que le moleste...

Acto seguido rebusqué por el profundo armario ropa que me pudiese valer.

Escogí una sudadera negra y unos pantalones de camuflaje.

-Ya estoy. -Salí de la habitación y fui con Miki, que se encontraba ya con las llaves en la mano.

-Por fin. -Abrió la puerta- ¿Llevas la ropa de Natalia?

Asentí con una sonrisa y salí del hogar dirigiéndonos al ascensor.

-Ahora huelo a ella. -Comenté y pulsé el botón de él.

Esperamos pacientemente en silencio hasta que las puertas se abrieron en frente de nosotros.

Dentro solo se encontraba un hombre de unos 20 años más o menos.

-Buenas Mikel. -Saludó mi acompañante

¿Mikel? Me sonaba mucho su nombre.

-Buenas a ti también, ¿Qué tal se encuentra Natalia? -Rió.

-Bien, aun que no te debería de importar mucho después de pasar de su culo. -Respondió mi amigo rodando los ojos.

Le pregunté con la mirada que pasaba y solo negó con la cabeza.

-Ella se lo buscó... ¿Quién coño se va todos los días a las cuatro de la mañana con una amiga? Eso no se lo cree ni el tato... Es una puta infiel.

-Cállate chaval, no sé ni quien eres pero no hables así de ella. -Fruncí el ceño y le miré desafiante.

-Anda si tenemos a una zorrita aquí. -El "machito unga unga", como acababa de nombrarle, se acercó más a mi- Calladita estás más guapa.

-Quita cerdo. -Aparté su cuerpo del mío al ver como se acercó para intentar besarme.

-Mikel, para ya. -Mi amigo intervinó antes de que las puertas del elevador se abrieran.

-Ya nos volveremos a ver, rubia. -El machito unga unga salió de las cuatro paredes de metal no sin antes mirar desafiante a Miki.

-Menudo asco de tío. -Sacudí mi ropa.

-Es muy peligroso, no le vuelvas a hablar así por favor, te podría pasar algo. -Mi amigo me miró preocupado- ¿Estás bien?

Asentí.

-¿Pero quién era? ¿Por qué hablo así de Natalia?

-Te cuento por el camino. -Abrió el portal y nos dirigimos a un coche gris aparcado delante del de Natalia.

(...)

-Era el ex de Natalia. -Habló Miki ya conduciendo.

-¿H-hace cuánto lo dejaron?

-Mas o menos desde que os conocisteis. Llevaban ya 3 años juntos.

-¿Entonces lo dejaron por mi culpa? -Comencé a sentirme mal.

-No, eh, tranquila, tu no tienes la culpa de nada. -Aprovechando que nos encontrábamos en un paso de peatones me acarició la mejilla.

-Mikel era gilipollas -Prosiguió- A ver... Era un alcohólico y un drogadicto... Metió a Natalia en todo ese rollo.

-¿Q-qué? -Mi cerebro comenzó a procesar toda la información.

-Si, comenzó a llevársela fiestas a los 2 años de comenzar a salir, iban todas las noches. Hasta que un día llegó a casa no solo borracha sino que drogada, tenía los ojos rojos, alucinaciones, vómitos...

-Joder... -Exclamé.

-Si, le dije que por favor le dejara, que no le hacía bien... Obviamente se enfadó conmigo y se fue de casa, a las 4 de la mañana, una semana después entró en razón y le dejó.

-¿Q-que día era?

Me miró.

-16 de noviembre.

En este banco || AlbaliaWhere stories live. Discover now