Save Me. {j.b}

Capitulo 21.

La casa de la familia Bieber se encuentra completamente impecable y en perfectas condiciones, como siempre. Pattie nos recibe en la puerta apenas siente que Justin aparca el coche en la entrada, en cambio Jeremy se une a nosotros cuando lo llaman a cenar. 

Mi suegra, Pattie, es una mujer de poca estatura, ojos verdes y cabello con principios de canas. Jeremy, a diferencia de su esposa, tiene el cabello completamente cano y los ojos mieles, al igual que Justin. 

La cena transcurre amena y alegre, Justin es una persona completamente distinta cuando estamos con su familia o con la mía, solo se muestra agresivo cuando nos encontramos solos. Hablamos de diversos temas como el trabajo de Jeremy y Justin, luego la infancia de mi esposo, que es hijo único, y luego los hombres se ponen a hablar sobre negocios, por lo que Pattie y yo comenzamos a levantar la mesa. 

—Dime, Isa ¿cómo te está yendo en el trabajo? —Pregunta ella cuando nos dirigimos a la cocina.

—Muy bien, hoy tuve una pila de trabajo porque estuve sin ir durante una semana. 

Los ojos preocupados de Pattie me escrutan. 

— ¿Qué te había ocurrido? Justin no lo mencionó. 

—No tiene tanta importancia —digo intentando no meter la pata—. Estuve con nauseas y dolores fuertes de cabeza. 

Pattie deja caer los platos en el lavabo y voltea a verme con mirada soñadora. 

—No vendrá un pequeño en camino, ¿verdad?

Río nerviosamente mientras niego con la cabeza. 

—No hay niños en camino. 

La boca de Pattie se retuerce en una triste mueca. 

— ¿Por qué no?

La idea de hablar sobre niños, embarazos y Max dos veces en un día comienza a consternarme. Para mí suerte Justin entra en la cocina en busca de su madre. 

— ¿Puedes hacernos un café, mamá? —Pregunta él sacándome de apuros. 

Mi suegra se excusa para ir en busca de café a la despensa. Justin me observa atentamente. Con una mueca de lado alzo los hombros. 

— ¿Qué ocurre?

Aparto la vista con nerviosismo. 

—Tu mamá quiere un nieto —respondo alejándome de él. 

Pattie vuelve a la cocina con un tarro de café entre las manos y una sonrisa en los labios. 

—Justin dime, ¿cuándo van a hacerme abuela?

Los ojos bien abiertos de Justin me dan la pauta para saber que él no desea tener niños, al menos por ahora. Por lo que me rio en mi interior sabiendo que, por suerte, no soy la única a la que le asusta el tema “embarazo”.

—No por ahora, mamá —dice intentando restarle importancia al tema, pero su rostro no lo deja mentir—. ¿Puedes avisarme cuando esté el café?

Pattie observa atentamente a Justin. 

— ¿Y cuando? Mi sueño es ser abuela —dice con ojos soñadores. 

Me retiro el cabello del rostro sabiendo que Justin lleva todo el peso en sus hombros en este mismísimo instante y si dijera que estamos en crisis, al igual que he hecho con mi madre, Pattie comenzaría a preguntar qué ocurre y no nos retiraríamos de allí hasta solucionar todos los problemas para que luego ella nos mande a la cama, como si de una fábrica de niños se tratara, para darle un adorable nieto de ojos miel.