Capítulo 23:

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Después de recordar todo eso, me toqué mi collar que aún lo llevo puesto. Aunque haya pasafo tiempo yo siempre recordaré nuestro SIEMPRE.

Y después de recordar todo eso, justo llamó Kevin a la puerta.

Me besó en la frente y me ofreció un plan.

-Mi, ¿Por qué no vamos a un parque de atracciones y pasamos allí el día? Te invito yo.

Yo le contesté que por mi bien pero que la que le invitaba era yo.

Nos subimos en su coche y proseguimos a la mayor diversión que podía haber. Descarga de adrenalina, el chico que quieres y unos buenos dulces. ¿Qué mas se puede pedir en tu primer día de vacaciones?

Mientras íbamos discutimos sobre quien pagaba y al final me ganó él, siempre hacía lo mismo por eso queris pagar alguna vez.

Y el dijo: Como tú eres la anfitriona, eliges tú fonde quieres subir primero.

Yo hay que reconocer que siempre tengo un poco de miedo por lo que se ve en las noticiad, pero a veces ya no me importa. Así que dije..:

"Primero la atracción del miedo. Por favor, por favor, por favor."

Él como siempre, refunfuño un poco pero acabó dándome la mano y aceptar.

Esa fue la primera vez que sucedió, y la verdad es que saltaron chispas. Los dos nos miramos avergonzados por como nos sentimos en ese momento.

Cuando nos tocó al fin el turno, ahí estábamos los dos metidos en la "cueva del terror". Pero la verdad es que de terror tenía poco, quizá solo porque estabas a oscuras y nada más. Solo había muñecos que se movían y poco más.

Kevin salió refunguñando diciendo: Hemos perdido el tiempo con esta atracción, ¿ves?

Pero para callarlo y que no soltara mas tonterías, lo cogí de la mano y lo besé. No podía resistirme las ganas de estar con él y no hacerlo. Y acabé diciendo: "Pues como yo elijo mal ahora eliges tú" dije cruzándome de brazos como una cria de 2 años.

Y Kevin: "Va, no te enfades tontorrona, si a mi me encantas como eliges".

Me cogió de la mano y me llevó a la montaña rusa. La verdad, es que nunca me había montado en una hasta que no vine con él.

Se veía aquello súper grande y yo no paraba de darle la mano. Era todo tan perfecto, que nunca me separaría de él.

Cuando logramos montarnos yo tenía el corazón a mil. Kev me cogió de la mano y me dijo: "No te preocupes pequeña, yo siempre estaré ahi. No te sueltes de mi mano."

Nos logramos montar y cuando estábamos a mitad me solté los brazos pero siempre cogida de su mano y comencé a gritar. Todo aquello fue espectacular. Me encanta estar a su lado. Por eso nos sacaron una foto y la compramos. Esta vez la pagué yo, ya que la iba a pegar en mi álbum aquella noche.

"Prometeme que nunca te separarás de mi"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora