Sukoshi kurutta [ΩHiguelΩ/¤Kuban¤]

La gran explosión

Lo cierto es que no quería ir.

No porque no quisiera ver a Miguel o estuviese enojado con él, sino porque temía que al final el mexicano le dijera que efectivamente todo había sido una farsa y a quien en realidad quería era a Leo.

Soltó un pequeño gemido, consecuencia de un grito ahogado, para expresar su frustración sobre el tema.

-Acabado a los 19- Dijo Gogo, mirando como su amigo se jalaba de los cabellos.

-Vamos Hiro, no tienes nada que perder-

Si tenía mucho que perder.

Suspiró rendido, de cualquier forma tenía que encararlo, alzó la vista sacando su celular para revisar la dirección a la que el Rivera le había indicado que fueran y se dirigió a su amiga latina.

-Honey, siento que te estoy dejando todo el trabajo...-

-No te preocupes Gogo me ayudará- dijo sonriente la muchacha mientras la otra le reclamaba por tomar decisiones sin preguntarle su opinión.

El mitad japonés sonrió de lado y le dio gracias a las dos chicas mientras caminaba a paso seguro hacia la puerta del laboratorio.
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Las palabras lo golpearon segundos después de haber mandado el mensaje.

¿Qué tal si en realidad todo era cierto y el solo estaba molestando a Hiro, distrayendolo de sus actividades en el laboratorio, de hacer cosas que podían salvar a muchas personas solo por el egoísmo de querer tenerlo para él?

Suspiró y estuvo a punto de borrar el mensaje cuando se dio cuenta de que el genio ya lo había visto. Ya no había marcha atrás.

La verdad era que había comprado esos boletos para entrar al planetario antes de que todo eso pasara, había querido ir con Hiro a aquel lugar para que ambos pudieran observar las estrellas tomados de la mano y todas esas cursilerías que se hacen cuando hay un gran paisaje detrás. Incluso había investigado sobre el tema de la función que verían, que era "El origen de la tierra", para impresionar al chino, aunque estaba seguro de que había muchas cosas que el muchacho ya sabría al respecto.

Ahora susurrarle al oído datos curiosos mientras jugaba con algún mechón del cabello rebelde del chico parecía un mal chiste debido a las circunstancias...

Aún así fue al lugar, esperó paciente y una sonrisa bobalicona se formó en su rostro cuando divisó al pelinegro acercarse a unos cuantos pasos de distancia.

Cuando sus miradas chocaron el genio la desvió al piso.

"Tadashi por favor ayúdame a sostenerle la mirada."

-Hola...- habló primero Miguel, dudoso, las manos le temblaban y no estaba seguro de qué hacer ahora.

-Hola- contestó secamente el mitad japonés, sorprendiendose a sí mismo por lo cortante de su respuesta.