Capítulo 29: el extraterrestre

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Bajé la mirada y reí.

—¿Tantas historias tienes para contar? Esto se está volviendo una costumbre.

Rio.

—Lo sé, es que es la forma más sencilla de contar las cosas.

Dudé.

—Está bien. Ilústrame con tu súper historia.

Sonrió, y mi estómago dio un vuelco.

—Hace 17 años terrestres, hubo una guerra en Khracira― comenzó a decir, con voz seria―. En ese entonces, el planeta se regía igual que aquí, en la Tierra: había países y distintos gobiernos. Pero uno de sus gobiernos decidió que haría una guerra mundial, para apoderarse de todo... y el planeta se sumió en un caos total. Hubo destrucción masiva del territorio, millones de personas murieron, se produjeron desastres naturales...Tuvieron que intervenir seres de otras galaxias para que el planeta y la gente no se muriera por completo, y luego de mucho esfuerzo y trabajo, la guerra terminó. Todo cambió luego de eso. El planeta evolucionó, pero lo hizo a un costo muy alto. —Hizo una pausa, y sonrió tristemente—. Ahora la gente es más feliz, vive de otro modo que ni te lo imaginarías...

La sensación de angustia de mi pecho se aligeró un poco con el final de la historia. Pero saber que un planeta entero pasó por esa atrocidad me daba escalofríos. Los ojos se me habían llenado de lágrimas.

—Horus, es una historia horrible...pero me alegro mucho que tuviera ese final. ¿En este momento la gente sigue siendo feliz?

Asintió.

—Sí, lo es. Pero como dije antes, no es uno de los planetas más evolucionados, así que tiene sus cosas.

Fruncí el ceño.

—Dices que ha evolucionado a un costo muy alto, pero, ¿hay otra forma de evolucionar? ¿No hace falta que todo se destruya?

Horus asintió con la cabeza.

—Claro que hay otras formas. De hecho, a esas formas es a las que se apunta y a las que se quieren llegar, pero la gente que vive en el planeta es la que decide cómo van a hacer las cosas—sonrió tristemente—. Y hay muchas de ellas que no tienen idea en cómo afectan sus comportamientos al planeta...

Asentí y me quedé pensando. Había gente que estaba viviendo en otro planeta, evolucionado, mientras yo estaba aquí sentada en el sofá de mi casa... junto a un extraterrestre, cabe aclarar. Pero más allá de eso, lo que me impactaba era tener mis creencias de siempre tan cerca. Realmente había millones de personas viviendo en la galaxia. Había gente que en este mismo momento podía estar teletransportándose al... ¿trabajo? ¿Acaso trabajaban?

Horus rio.

—Esa información te la daré más adelante. Ahora enfoquémonos en la historia que te acabo de contar.

Cierto. La historia.

—Bueno, fue una historia interesante, la verdad.

Clavó sus ojos en los míos, y mi respiración se aceleró. Esos magníficos ojos estaban más serios que de costumbre, y me preocupé. El Horus serio siempre decía cosas que después me dejaban un poco traumada.

Largó una carcajada y me sonrojé.

Había olvidado que, cerca de él, la privacidad no existe.

—Y dime una cosa, ¿no te estas preguntando por qué te la conté?

Buen punto.

—La verdad es que sí. Me estoy preguntando por qué me cuentas todo.

Rio entre dientes.

HorusWhere stories live. Discover now