04

604 58 55
                                    

Era por fin sábado. 

Shia estaba en mi casa, viendo mis vestuarios. Ella ya estaba cambiada, en un lindo vestido de color blanco. En cambio, se esforzó en decirme que si volveríamos a ver a una vieja amiga -en este caso su hermana- tenía que estar formal, además, no sabemos si Chica vendría con hijos.

¿Qué tal si su relación le fue de maravilla?, y debe qué. 

—El plateado es más...bonito.

—Te va más el negro—dice ya hastiada mientras me entrega el vestido—. Vamos, que no te verás nada mal, te verás espectacular.

Suspiré mientras caminaba a el baño. Me comencé a poner el vestido, apretaba un poco, pero no era molesto. Sentía su suave tela rozar mi abdomen, también lo apretaba un poco. Me miré al espejo, la tristeza me invadió. Ojalá Spring estuviera aquí.

La vez que se había ido en su día de descanso, llegó a las cinco de la mañana. Yo no pude estar más enojada, pero lo deje pasar. Al día siguiente, se fue más temprano, y así siguieron los demás días, se va temprano y llega muy tarde. Ya ni lo veo.

Y me temo lo peor.

Yo lo conocí cuando tenía doce años. Lo recuerdo muy bien, era el mes de Abril, y mi madre había discutido con mi padre, yo me escape a sus espaldas de la casa para ir al parque, dejando atrás los problemas, como siempre quise, entonces me tope a Spring.

Con su sonrisa y dulce cara alumbro todo. Me cautivo.

Y se convirtió en mi mejor amigo. Después descendió a novio...y ahora qué somos esposos, ¿por qué no funciona?. Funciono como amigos, como novios...¿y él lo deja así como así?

—Creo que te estás tardando demasiado allá dentro. Llegaremos tarde.

Suspirando, salgo del baño.

—Lo siento, ya estoy.

Ella me ve con una enorme sonrisa, mientras aplaude.

—Te ves hermosa, ahora vayámonos.

Salimos de la casa. En todo el camino, hablamos sobre lo increíble que será volver a ver a Chica, y que Shia espera ilusionada, ya tener sobrinos. Yo ni conozco al tipo con el que se caso Chica, sólo espero que sea un gran hombre, y no un fracaso como dicho esposo que tengo.
Al menos admito qué es un fracaso

—¿Dónde vive Chica?—pregunté.

—Me dijo que vivía dos calles después de la pizzeria—dijo y me sorprendí.

Vivía muy cerca entonces.

Cuando llegamos, estábamos frente una casa realmente hermosa, de dos pisos, de un color crema, con un portón negro. Había varios carros estacionados y pude distinguir uno, el de Bon; un coche de color verde. 

—¡¿Acaso vino el niño?!—exclame al ver una bicicleta con globos en la parte trasera. No pude evitar sentirme sumamente emocionada. 

—Ajá. Y vino con esos dos—dijo Shia emocionada.

¿Quién es el niño?, ¿quiénes son esos dos?. Fácil, el niño, como yo le digo, es nada más y nada menos que un gran amigo llamado Ballon, o más concreto, Ballon Boy. Pero a pesar de ser más menor que todos nosotros y contar con dieciséis cuando yo tengo viente, es otra cosa, es un excelente amigo, super carismático, incluso más que Bon. Y esos dos son los mejores amigos del niño y de Chica; Marionette y Puppet. A simple vista parecen parientes, pero son de diferentes familias. Marionette es chica y Puppet es hombre.

—¿Quién más vino?—pregunté emocionada.

—Vino Bonnie—dijo—...y otros que no sé quiénes son o se me olvidaron.

Shia toco la puerta y dicho conejo de ojos rojos y cabello morado, nos abrió mientras masticaba una manzana. Nos vio, y abrió los ojos en grande. Hace mucho que no lo veía, desde que se fue casi al otro lado de la ciudad, es imposible contactarnos con él.

—¡Chi-chicas!...si vinieron...

—¿Cómo no vendríamos cabeza hueca si es mi hermana la que ha vuelto?—preguntó Shia.

 —Viéndolo así, tienes razón...pero pasen. ¡Hola, Mangle!—saludo y yo no contuve mis ganas de abrazarlo fuerte y él me correspondió riendo—, ¿Y Spring?

Oh, oh...¿por qué tienen que recordarme a ese imbécil?

—Trabajando, ya sabes...un hombre ocupado—dije sarcástica.

Él asiente, Shia, él y yo entramos a lo que parece ser la sala. Y ahí está Bon, el niño, Marionette y Puppet, y otras personas que luego me tomare la molestia de reconocer.

—¡Rubia oxigenada!—chillo de emoción Shia, yendo a abrazar a su hermana, quien rió de felicidad.

—¡Rubia plástica!—ella se quejo, más después comenzó a reír.

Mientras se abrazaban y se decían cosas que no entendía, pues se las susurraban, comencé a ver toda la casa, mientras caminaba hacía el niño, quién al verme, sus ojos se iluminaron.

 —¡Mangle!—exclamo corriendo hacía mi —, cuanto tiempo, ¿qué ha pasado?, ¿cómo has estado?, ¿y tu esposo?, ¿ya tienes hijos?

Comienzo a reír.

—Demasiado rápido niño. Han pasado muchas cosas, he estado ''bien'', está trabajando y no. ¿Y a ti como te ha ido?—cambié el tema rápidamente.
No quiero hablar de mi vida personal por el momento. 

—Pues bastante bien.

—¿Cómo estás Mangle? Que bueno volver a verte —dijo Chica interrumpiendo el momento, yo sonreí respondiendo un ''Igualmente, Chica''—. Vaya, estás más alta que yo.

Niego entre risas.

—Estoy más baja. No es mi culpa que estos zapatos tengan tacón.

En eso, un hombre pelirrojo, de unos ojos tan...dorados., entra a la sala, sonriente, vestido de traje, y por alguna razón el corazón se me acelera.

Algo dentro de mi se remueve y no sé que es, no es una sensación familiar, de eso estoy segura; es algo nuevo y me aterra. 

—Chicos, él es Foxy, mi esposo—dice Chica mientras corre a abrazarlo.



Wishes ; [Foxangle]Where stories live. Discover now