- Oh, yo... no lo sé – dudó Nam.

- Vamos, hyung... - ahora Jimin se unía a la conversación – Hemos estado trabajando y ensayando muy duro estos días... Nos vendría bien un pequeño descanso.

- Por favor, Joonie hyung – Tae uso su mejor aegyo para convencerlo.

- Eish, de acuerdo... - cedió el mayor – Pero, debo llamar a PD-nim para avisarle... así que no canten victoria aun – les advirtió, mientras sacaba su móvil para llamar al manager.

- ¡Gracias, hyung! – dijeron los chicos al unísono.

Yoongi miró la escena y negó con la cabeza, marchándose en dirección a la cocina, por algo de comer.

~o~

- ¡La casa embrujada! – gritó Tae, en cuanto divisó la espeluznante estructura a la distancia - ¡Vamos, entremos allí!

- ¡No, Tae! – se quejó Jimin, negándose a caminar - ¿Por qué mejor no vamos a la montaña rusa?

- Acabo de tomar dos malteadas... - informó el castaño – No creo que sea buena idea por ahora.

- ¡Ew! – Jimin arrugó la nariz.

- Ven, vamos a la casa embrujada – lo jaló con fuerza, forzándolo a entrar al aterrador lugar.

El tipo en la puerta portaba una ensangrentada mascara, mientras sostenía un extraño cuchillo con el filo desigual, también manchado de sangre.

- No quiero entrar, Tae... - se quejó por quinta vez el rubio, aferrándose con su vida al brazo del más alto. Éste sólo reía, fascinado con el disfraz del hombre.

- Esto será genial – comentó Taehyung, entrando.

- ¡AAAAAHHHH! – chilló Jimin, haciendo doler los oídos de su amigo, en cuando una mujer decapitada apareció a su lado - ¡Eso me asustó!

- Tranquilo, no es real – lo calmó el castaño, como si de un niño se tratase.

- Sé que no es real, pero si aparece de la nada, no puedo evitar que... ¡AAAAAAHH! – otro grito se le escapó, mientras enterraba las uñas en el brazo de Taehyung.

- ¡Eish! ¡Jimin-ah! ¡Me sacarás el brazo! – vociferó, intentando apartarlo, pero el rubio no cedía.

- Lo siento, pero eso fue peor que la mujer sin cabeza – lloriqueó.

El rubio agradeció, cuando por fin la travesía se acabó, y regresaron al aire exterior. Aún tenía escalofríos en el cuerpo, pero se sentiría mejor.

- ¡Oh, Jiminnie! ¡Mira eso! – Tae apuntó con su dedo una de las tantas atracciones, como si fuera un niño pequeño - ¡Vamos, vamos!

Jimin fue tironeado nuevamente, por su entusiasta amigo, para terminar dentro de una gran piscina de pelotas multicolores.

Anduvieron de juego en juego, haciendo pequeñas pausas para comer o esperar a que las náuseas pasaran. Aun así, se divirtieron muchísimo.

- Quiero algodón de azúcar... - se quejó el castaño, haciendo un puchero hacia Jimin – Pero no me queda dinero.

- ¿Cuánto has gastado? – cuestionó el rubio.

- Creo que más de lo que tenía que gastar – puso una graciosa expresión en su rostro, sacándole una carcajada al más bajo – Vamos, compra para los dos, ¿sí? – le dio una mirada de cachorro a Jimin, en su intento de convencerle.

- ¡Eish! Está bien... - cedió, recibiendo un abrazo en agradecimiento.

- ¿Deberíamos probar suerte en el tiro al blanco? – preguntó en voz alta Taehyung, mientras esperaban por su algodón de azúcar – Podría ganar un gran oso de peluche para ti.

- Yo creo que hay que intentarlo – recibieron sus grandes algodones rosados y se encaminaron a la siguiente atracción.

Tae acertó casi los seis dardos, pero el último no cayó en el lugar correcto.

- ¡Otra vez! – exigió, frunciendo el ceño con determinación. Lanzó los seis dardos, atinando esta vez con todos - ¡SIIII! – gritó, mientras Jimin le palmeaba la espalda en una felicitación silenciosa - ¡Quiero el pingüino de allí! – pidió, señalando un gran y azul pingüino que medía la mitad que el cuerpo de Jimin - ¡Woah! – Taehyung recibió su premio con una gran sonrisa, para luego, entregárselo al rubio, quien le agradeció por el gesto con un abrazo de lado.

El rubio estaba fascinado con el peluche, por lo grande y suave que era. Sabía que lo atesoraría por siempre.

Cuando la noche cayó, mostrando su luminoso manto de estrellas, decidieron regresar. Apenas cabían los tres en el taxi, y Jimin no dejaba de reír por ello.

- ¿Estarán dormidos ya? – susurró Jimin, poniendo la contraseña en la puerta para abrirla.

- Tal vez... Creo que Nam hyung va a regañarnos – Tae no pudo evitar reír, como un niño travieso que se escapa de casa.

La luz del recibidor se encendió automáticamente. Los chicos se descalzaron y caminaron hacia la sala, aun riendo y bromeando entre ellos.

- Oh... hyung – dijo Tae, mirando al mayor, que sostenía un vaso de agua, vistiendo su pijama y una bata.

- ¿Acaban de llegar? – preguntó Yoongi, sabiendo la respuesta de antemano; mirando al par, que tenía las mejillas sonrojadas por la risa, además de el gran pingüino en los brazos de Jimin. No había podido dormirse, ni tampoco podía avanzar en su trabajo, por estar pendiente de la llegada del rubio.

- Sí... se nos pasó el tiempo volando – murmuró en voz baja Jimin. Los ojos felinos de Yoongi no se apartaban del peluche, casi acribillándolo con la mirada.

- ¿No es bonito? – Taehyung lo sacó de sus pensamientos – Lo gané para Jiminnie.

El rubio sonrió, recordando la efusividad de su amigo al ganar, mientras el mayor de los tres se mordía la lengua para no decir lo que estaba pensando, evidenciándose.

- Es demasiado grande... - respondió entonces, con voz dura – Será estorboso, y Jimin no tendrá donde ponerlo... - los ojos de los menores se abrieron en sorpresa – Debiste elegir uno mejor.

- Hyung... - susurró Jimin, algo dolido con su actitud.

- Ni siquiera es tan bonito... - farfulló, dándoles la espalda y marchándose a su cuarto.

- ¿Por qué es así siempre que tiene sueño? – se quejó Taehyung, chasqueando la lengua.

- Debe haber tenido un día duro, con los ensayos – lo justificó el más bajo, sin poder evitarlo. Él siempre era comprensivo con su hyung cuando estaba de mal humor, porque sabía lo mucho que trabajaba, a veces pasando noches en vela, comiendo poco y exigiéndose demasiado – Vamos a dormir también.

- Sí... - los chicos fueron a su cuarto - ¿Tú crees que es muy grande? – quiso saber, mientras se acomodaban para dormir.

- No, es perfecto – respondió con una sonrisa – Buenas noches, TaeTae.

- No, es perfecto – respondió con una sonrisa – Buenas noches, TaeTae

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Holaaa!!! Traigo el 3er capítulo... Un poco triste por la ausencia de comentarios... Pero... 

Yoongi celoso me da 100 años de vida...

Besos!

7 DATES [YoonMin]Where stories live. Discover now