PRÓLOGO

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Mi habitación no es la gran cosa. Es pequeña en comparación con la de otras chicas, pero para mi, es perfecta. Suelo pasar los fines de semana leyendo algunas de mis sagas favoritas o viendo series en Netflix. Una lluvia plácida caía fuera y hacía frío en mi cuarto, fui a buscar el  calefactor en la cocina y mientras volvía a la habitación, un sobre en la encimera atrajo mi atención, vi que era de la oficina en la que trabaja papá. En la carta decía que tras caer en una ineficaz gestión económica tuvieron que cerrar la empresa y despedir a todos los trabajadores, incluyendo a mi padre.

Me dirigí al estudio de papá para hablar aquello con él y preguntarle por qué no me había dicho nada sobre su trabajo. Abrí la puerta del pequeño cuarto en el que estaba mi padre.

-¿Que es esto papá?- Pregunté agitando el sobre- ¿Por qué no me habías dicho nada?

-¡Oh!. Cariño te lo iba a decir mas tarde, es solo que se me olvidó.- dijo papá levantando la vista de unos papeles que tenia en la manos. Llevaba unas gafas sobre al cabeza y otras puestas. Normalmente era muy descuidado con cosas como esas, pero era muy activo en el trabajo, y el señor Walker, su jefe, lo reconocía con frecuencia, y como  papá nunca se tomaba vacaciones en el empleo, el señor Walker dejaba que este trabajara desde casa de vez en cundo.

-Esto no es cualquier cosa, ¿te despidieron?- Dije, sentándome en una silla situada frente al escritorio.

-Siento mucho no habértelo comentado antes. El señor Walker hizo lo que pudo salvar la empresa, pero una mala jugada provocó que perdiera su patrocinador, y todo esto lo llevó a cerrar y a despedir a todo el mundo- Explicó papá

  Papá trabajaba como administrador en una empresa que ayudaba a jóvenes adultos, con mucha imaginación y creatividad, a realizar proyectos o ideas revolucionarias, y varias de ellas requerían mucho dinero para llevarlo a cabo  

-Y ahora ¿que vamos a hacer?

-Tranquilízate Em- Dijo mientras se sentaba en otra silla a mi lado- El señor Walker me recomendó para trabajar en otra oficina.- Lo dijo con  una expresión que ponía cada vez que habían malas noticias.

-¿Por qué pones esa cara papá? ¿De que va esa otra oficina?- Pregunté

-Es que esa otra oficina pertenece a la empresa que estaba asociada con la del señor Walker - ya sabia hacia donde iba todo- La que está ubicada en Portland.

-¡¿Nos mudaremos?!- me paré bruscamente de la silla y comencé a caminar de lado a  lado. No nos podíamos mudar, y mucho menos al otro lado del país, mi vida estaba aquí, aunque mis únicos amigos eran la secretaria de la biblioteca y el señor Miles, quien es dueño y atiende la cafetería frente al instituto. Este era mi hogar, la casa perteneció a mi madre quien murió cuando yo tenia 11 años y este era el lugar en el que me sentía cómoda, segura,en el cual podía ser yo.

Mi vida social en realidad es una mierda, lo admito: Mi temperamento es complicado y no tolero a la mayoría de mis compañeros, simplemente no me gusta mucho lidiar con los demás y sus problemas personales.

-Emily, cariño, lo enfrentaremos juntos, no será tan difícil es solo una mudanza- Dijo papá. Y luego añadió-  ademas nos quedaremos en una casa que está en una zona muy tranquila y amistosa, o eso fue lo que me dijeron.

-Entonces ya es oficial, nos vamos- afirmé. Era un hecho, por experiencia, sabia que esto de los cambios no va conmigo: cuando estaba en quinto de primaria, después de morir mamá, mi padre decidió cambiarme de instituto porque, según él, me haría bien dejar todo atrás. Pero no fue así, odio mantener conversaciones con gente que apenas conozco, es muy incomodo, de echo, podría hacer una larga lista de cosas que odio: los sapos, la palabra picnic, los gansos, los niños, el amanece, etc;  y ahora prácticamente tendría que hacerme una nueva vida.

el amor es complicadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora