7.

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Junmyeon abrió los ojos viendo el blanco techo, sin ganas se sentó en su cama viendo todo, otro día más en su vida de mierda, como había sido cada día por sus 15 años de existencia, los únicos días que no se había sentido tan miserable fue cuando conoció a Yifan pero no importaba, ya habían pasado cuatro años desde aquel día y no sabía nada de él.

Con pesimismo salió de su cuarto ya cambiado yendo hacia el baño para cepillarse los dientes, por el pasillo pudo observar hacia la sala viendo todo el desastre, no le era extraño ni le interesaba, desde ese día Chanyeol había dicho que viviera con él y ¿Cómo se iba a negar? No tenía a donde ir, a pesar de todo Chanyeol no era mala persona, había arreglado un cuarto para él, lo alimentaba, lo mantenía, pero Junmyeon no se sentía bien así que había convencido a Chanyeol de ser él quién entregara los paquetes de drogas, del trabajo sucio se encargaría el alto.

—Chanyeol —dijo el bajo moviendo el cuerpo de Chanyeol, estaba rodeado de varias latas de cerveza y podía ver restos del polvo blanco debajo de sus fosas nasales, no le tomó importancia porque era algo normal, siguió insistiendo hasta que el alto abrió los ojos con el ceño fruncido.

—¿Qué mierda qu-Junmyeon...hola —Junmyeon no supo si agradecer o no que a pesar de todo Chanyeol fuera amable con él, en un principio el alto era amable con todos pero con el tiempo y estar la mayor parte del día bajo los efectos de las drogas tenía sus cambio de humor pero con él siempre era amable.

—Voy a entregar—dijo simple, el alto asintió pasando su mano por su nariz quitando los restos que aún tenía, fue hacia un lado del cuarto de lavado y regresó con unos paquetes que dejó caer en la mesa del comedor y volvió a sentarse en el sillón, Junmyeon tomó su mochila guardando los paquetes, cuando terminó cerró la mochila y la puso en su hombro.

—Si pasa algo sabes que me puedes llamar, Suho—el pequeño asintió ante el apodo, el único que lo llamaba por su nombre real era Chanyeol, solamente de vez en cuando, prefería que lo llamaran Suho, así evitaba pensar cómo lo llamaba su madre, su padre...Yifan—Eres tan lindo ¿Cuántos años cumpliste? —Chanyeol tomó sus mejillas pellizcándolas como la haría una abuela, Junmyeon solo sonrió forzado, aún estaba bastante drogado.

—15 años —el alto asintió dejando sus mejillas.

—Lo sé, eres adorable —Junmyeon no se molestó en contestar y salió del departamento.

Restregó una de sus mejillas debido a que Chanyeol la había apretado mucho, Junmyeon sentía que a veces el alto se comportaba como una señora, solo tenía 22 años y pensó en Yifan, también tenía la misma edad.

No había día que no pensara en Yifan, se sentía tonto pensando en él, el recuerdo de su madre era algo que prefería no recordar, para ser sinceros, su mente bloqueaba a menudo los recuerdos de su madre, no recordaba mucho de ella pero si recordaba su voz y como le echaba la culpa de todas sus desgracias, pero era diferente con Yifan, pensaba en él más de lo que quisiera, muchas veces despertaba esperando estar en el viejo departamento con Yifan reclamándole que no lo había dejado dormir bien.

Suspiro viendo hacia el cielo, no tenía forma de buscarlo, no tenía cómo y Chanyeol ya le había dicho todo lo que sabía, pero no era suficiente, se dirigió a uno de los tantos prostíbulos de la zona y entró por la puerta trasera, inmediatamente pudo escuchar la música con demasiado volumen, pudo percibir el olor de cigarro, puros y otras cosas ilegales, le sorprendía que a pesar de ser de día hubiera hombres ahí, pero ignoró todo eso para irse a la oficina del padrote, se dirigió por donde ya conocía y siguió derecho a pesar de ver a los gigantes guardias que no le hicieron nada porque ya lo conocían. Entró viendo al viejo hombre contando fajos de billetes, Junmyeon simplemente se acercó al escritorio del hombre, abrió su mochila y dejó dos paquetes sobre la mesa.

Xiaozi |Krisho|Where stories live. Discover now