ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔠𝔦𝔫𝔠𝔬

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Seguí a uno de los weones y mientas subíamos las escaleras sentí que todo se volvía pesado, algo en mi no quiere seguir subiendo pero sé que si no lo hago esto acabará peor. Me llevó nuevamente a la habitación.

Me senté en la cama llevándome una última mirada del weon que me vino a dejar para luego cerrar la puerta, escuché el seguro y supe nuevamente que estaba encerrado.

Juraría que ahora la habitación está más oscura... O tal vez mus ojos aun no se acostumbran a la poca luz.

—no me vuelvas a gritar... O te aseguro, que recibirás un castigo... Toma esto como una advertencia—

Castigo
¿Esto no es un castigo?.

Me levanté sintiendo nuevamente el dolor punzante en mi nuca, caminé a la ventana.

—tan cerca y tan lejos— me repetí, me volvería loco aquí, mi única interacción con el mundo es ver la luna, observé la noche y pude entender que no estaba ni cerca de casa... Desde aquí no se contaminación lumínica.

¿Qué tan lejos estoy de mi hogar?

¿Podría haber cambiado algo?

Me apoyé en la pared sentandome apoyándome finalmente bajo esta.

Nunca e tenido sentimientos suicidas, pero esta vez ¿sería necesario hacer algo así?.

Negué, ni si quiera puedo hacer algo así, no soy capaz de hacerme algo así.

Luego de unos ¿segundos? ¿Minutos? En completo silencio me sentí desorientado, no tengo idea si es el mismo día o ya pasó.

Últimamente no tengo idea de nada.

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—oye Juan... No te a llamado Nicolás?— pregunté preocupada viendo que se encontraba viendo televisión, se escuchaba de fondo der freischütz j. 277 3. akt was gleicht wohl auf erden jägerchor

—no, no, tal vez se quedó en la casa del Edgar, no te preocupes— dijo desinteresado, fruncí el ceño posicionandome frente a él.

—y ¿si lo llamamos mejor? Haber si esta— este bufó y tomo su celular

—me da rabia cuando este cabro de mierda no me llame cuándo se queda en casas ajenas— reclamó, dejé los ojos en blanco

Buscó el nombre de la mamá del Edgar en la agenda y marcó dándome el celular a mi.

—¿aló? ¿Norma?— escuché

sí sí, con ella, ¿cómo estás?— preguntó.

bien y ¿tú? Te escucho agitada—

es que te quería preguntar unz cosita... ¿El Nicolás está ahí?—

—¿qué? Nono, hace rato que no viene para la casa ¿Pasó algo?—

no sé donde se metió el Nico y me preguntaba si estaba en tu casa ya que aquí todavía no llega y no contesta el celular—

Cuando lo dije Juan bufó molesto atento a la conversación.

nono, no está aquí Norma—

—Ya.. Bueno.. Gracias de todas formas—

cualquier cosa me avisas—

—sísí, hasta luego— colgué dejando el celular en la mesa de centro, sintió sus ojos aguados

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⏰ Last updated: May 03, 2020 ⏰

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